Alejandro Amenábar es considerado uno de los mejores directores de cine de nuestro país. Siempre ha tenido un estilo propio que ha sabido enamorar a crítica y público mostrando temas atractivos como el miedo, la mente humana o la religión. Películas como “Tesis” (1996), “Abre los ojos” (1997), “Los otros” (2001), “Mar adentro” (2004) o “Ágora” (2009) han catapultado al éxito a un director que se caracteriza por su buen hacer detrás de las cámaras para contar historias cotidianas con un trasfondo profundo. Ahora nos trae “Regresión” (2015), una película que bajo el eslogan “el miedo siempre encuentra su víctima” pretende ahondar en los terrores internos de las personas. Sin embargo, es una lástima que haya olvidado dejar un rastro de miguitas de pan para volver a los inicios que un día nos supieron transportar a los mundos que nos cuestionaban y nos hacían disfrutar a partes iguales.
#Amenábar muestra temas como el miedo, la mente humana o la religión Clic para tuitear“Regresión” cuenta la historia de cómo el detective Bruce Kenner (Ethan Hawke) inicia la investigación de un caso de abusos a una menor llamada Ángela Gray (Emma Watson) por parte de su padre en los Estados Unidos de 1990. Lo que empieza como un caso desagradable por la naturaleza de los hechos no tarda en convertirse en una investigación sobre unos crímenes extraños en la casa de la familia. Bruce recurrirá a la ayuda del Dr. Raines (David Thewlis) para realizar sesiones de hipnosis regresiva y descubrir que lo ocurrido en la apartada casa de la familia forma parte de una conspiración mucho mayor y más aterradora de lo que en un principio parecía.
Desde que se apagan las luces de la sala, el espectador se adentra en una ambientación soberbia, marcada por una gama de colores apagados, tristes y cargados de intención para mostrar una historia oscura. Decorados e iluminación contribuyen a que la sensación de inmersión sea plena y uno se olvide que está cómodamente sentado en la butaca del cine comiendo un gran paquete de palomitas.
La historia tiene un comienzo que atrae y cuestiona desde los primeros planos. A medida que avanza, la trama gusta, va envolviendo al público. Pero como un globo que se pincha sin llegar a explotar, se va desinflando y ese precioso globo de colores se va volviendo pequeño, feo y sin interés. El éxtasis final deja una sensación extraña. Ni el resultado global ni los pequeños detalles que al principio resultaban sobrecogedores llegan a convencer.
El tema nuclear por el que la película ha gozado de tanta fama a nivel nacional e internacional es el miedo. No estamos ante una cinta de terror en la que fantasmas o zombis atacarán en cuanto la iluminación se tiña de color negro. Es un miedo interno. Un miedo producido por nuestro cerebro que está más cerca de aquello que “podría ser” que del que nuestros ojos pueden ver en realidad. Ese miedo nace de las sensaciones y experiencias que provocan los demás en cada uno de nosotros, llevándonos a asumir el papel de tirano o víctima en ese teatro. Sin haber formado parte, desde esa tragicomedia que es la mente humana, podemos encontrarnos con nuestros peores miedos internos y perder de vista el raciocinio. Todo este mar picado es el pilar sobre el que se sustenta “Regresión” con la mala fortuna de no saber si este planteamiento llega de la mejor y más adecuada forma al asiento del cine.
La promoción de la película ha estado marcada por la presencia de la actriz Emma Watson que alcanzó el éxito por la saga “Harry Potter” (2001 – 2011) y por sus papeles en largometrajes como “Las ventajas de ser un marginado” (2012) o “Noé” (2014). En Regresión adquiere el papel de protagonista femenina. Sin embargo, su aparición es escueta, no hace una interpretación abrumadora y su actuación en la pantalla emociona cuando sale a escena (ya sabemos lo que le gusta llorar) pero deja un regusto amargo al final porque no llega a convencer. Por el contrario, Ethan Hawke, al que recordamos por sus actuaciones en “El club de los poetas muertos” (1989), “The Purge” (2013) o en uno de los últimos experimentos de Hollywood, “Boyhood“ (2014), saca adelante toda la carga interpretativa de la película. Su evolución en la película está marcada por los sucesos y sabe transmitir sensaciones de rabia, duda, extenuación o, incluso, satisfacción. Es una lástima ver cómo la humildad de la joven actriz se ve eclipsada por la experiencia de todo un veterano.
#Regresión habla del miedo, de cómo puede nacer de la más cruel vivencia. Clic para tuitear“Regresión” habla del miedo, de cómo puede nacer de la más cruel vivencia. Es una cinta que narra una investigación pero su propio desarrollo llega a un punto de no retorno. No tiene más pistas y opta por la opción fácil. La ambientación, la iluminación y unos decorados muy cuidados no consiguen sacar a flote a una Emma Watson que no convence de su propio miedo. Las primeras pesquisas que podemos contemplar en los primeros minutos se tornan en una cortina de humo que no llega a aguantar el tipo.
(6 / 10)
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