Aaaah la serie B, ese maravilloso género que, bajo el estandarte del bajo presupuesto y la falta de pretensiones, tantas alegrías y disgustos nos ha dado a lo largo de la historia. Lo que podemos encontrar en este mundillo es muy variado, y puede ir desde legendarias películas de culto como La invasión de los ladrones de cuerpos o El increíble hombre menguante hasta cosas inclasificables como Bad taste o Brain dead.
Hablar de la serie B es hablar de un género terriblemente prolífico que, aunque se las ha apañado por llegar vivo a nuestros días, no goza de la misma salud de la que disfrutaba durante la segunda mitad de los noventa. Sin embargo hay una compañía que parece haber abrazado las directrices del cine de bajo presupuesto, produciendo despropósito tras despropósito y sintiendo orgullo por ello. Hablamos de The Asylum, una compañía que se dedica a las parodias y a las pelis cutres entre cuyas obras podemos encontrar joyitas como: Transmorphers, Paranormal Entity, Avengers grimm o Atlantic Rim y, aunque hay que admitir que son una mierda bien grande, lo cierto es que tienen su gracia y funcionan sorprendentemente bien como películas de comedia.
Sin embargo nadie se esperaba el éxito tan arrollador que tuvo Sharknado en su estreno en SyFy allá por 2013. La cinta nos contaba la increíble historia de un tornado que, por arte de magia, absorbía a una cantidad terrible de tiburones, volviéndose de esta forma mucho más peligroso (es como un tornado con dientes, no hay que darle muchas vueltas).
El tornado de tiburones, o Sharknado, fue detenido por los protagonistas de la cinta, la familia Sheperd, gracias a un plan que consistía en arrojar bombas a su interior para igualar las presiones del fenómeno y que éste así desapareciera.
Tras el éxito que supuso la cinta, The Asylum se puso a trabajar y, tras dos años y dos secuelas de la franquicia (a cada cual más estúpida) Sharknado: the 4th awakens ya está entre nosotros, ya sea para bien o para mal.
La historia arranca cinco años después del final de Sharknado 3, Fin Shepherd (Ian Ziering) consiguió derrotar a los tiburones espaciales gracias a la ayuda de su padre (David Hasselhoff), y aunque Fin echa de menos a su querida April (Tara reid), parece que por fin ha conseguido encontrar la paz en su rancho, lejos de escualos y de fenómenos meteorológicos que lo perturben.
Sin embargo la paz no parece durar mucho, ya que las defensas que la humanidad había desarrollado para defenderse de los Sharknados se vuelven inútiles cuando estos empiezan a evolucionar en poderosos Sharknados elementales: Piedranados, Tibuarenados y Truenonados son algunas de las mortales espirales de mandíbulas que la naturaleza arrojará contra nuestros protagonistas.
Esto que acabáis de leer es, tal cual, el argumento de Sharknado 4, no podría haceros spoilers aunque quisiera porque lo cierto es que no hay mucho más que contar. Sharknado 4 es un compendio de cosas muy locas unidas entre sí porque sí, sin darle más vueltas al asunto ni andarse con tecnicismos. Suena a mierda de las buenas, y lo cierto es que lo es, pero lo más sorprendente de todo es que es una mezcla que funciona.
Los que hayan disfrutado de las anteriores entregas sabrán de lo que hablo, es algo difícil de describir pero lo cierto es que todo en estas películas parece conspirar para hacerte reír: el argumento es estúpido, las actuaciones son de risa, el guión es penoso, la fotografía un insulto y la propia edición de la película es basura, con planos ridículos, giros de cámara borrosos, cambios de escenas confusos y zooms dramáticos que no pintan nada. Sin embargo detrás de todos estos fallos se encuentra una atracción extraña, casi magnética, que parece atraernos (a los idiotas) de forma inevitable.
Es algo así como la relación que existe entre las moscas y la mierda, solo que aquí hay tiburones, y son bastante cutres.
#Sharknado4 suena a mierda de las buenas, y lo es, pero es una mezcla que funciona. Clic para tuitearAlgo destacable de esta cuarta entrega es lo evidente que se hace el cambio de registro que se ha producido desde la primera entrega. Sharknado era una película muy tonta, cuyo objetivo era, sin lugar a dudas, hacer reír. Sin embargo era una cinta que, dentro de todas las estupideces y los sinsentidos que había en ella, intentaba mantener una especie de cohesión argumental a lo largo de la historia (e incluso hay quien podría pensar que se intentaba tomar en serio a sí misma).
Sobra decir que la película ni se aproximaba a conseguirlo, pero ese casi intento de seriedad le daba un encanto especial que hace que sea considerada a día de hoy por muchos como la más graciosa de la saga.
Fue con las secuelas con las que a los guionistas se les empezó a ir más de las manos, introduciendo un tono más “épico” y añadiendo chorradas aún menos creíbles que antes (como la motosierra de oro con la que el presidente de Estados Unidos premia a Fin). Este cambio se puede apreciar muy bien en la segunda película y aún más en la tercera, aunque ha sido en esta última entrega cuando verdaderamente la cosa se ha ido de madre, coqueteando con la ciencia ficción y haciendo referencias constantes a sagas como Terminator, Star Wars o a los superheroes de Marvel. Estos guiños son graciosos y quedan bien dentro del tono estúpido de la saga, aunque da la impresión de que se podrían haber aprovechado más y hacer algo mucho más gracioso con ellos.
En cuanto a los aspectos más técnicos de la película hay que decir que se mantienen muy en la linea del resto de entregas de la saga, es decir, que son una mierda. No hay nada rescatable en este aspecto, pero como es precisamente lo que se intenta conseguir tampoco podemos decir que se trate de un fracaso. La película es exactamente lo que pretende ser, y el montaje, los planos y el “cgi” consiguen darnos la sensación de que estamos ante una basura bien grande, así que… objetivo cumplido. Mención especial merecen las imágenes de archivo metidas con calzador para rellenar huecos; es un clásico de la saga que, aún siendo casi una anécdota en esta entrega, sigue resultando igual de graciosa.
Lo mejor de la película son, sin duda, sus diálogos, cutres a más no poder. Los personajes del film son idiotas y padecen serias dificultades motrices y de coordinación, pero la cosa empeora hasta límites insospechados cuando abren la boca, ya sea para hacer una observación estúpida sobre la situación en la que se encuentran o para exponer sus ingeniosos y efectivos planes al resto del grupo.
La ridiculez de las conversaciones en Sharknado 4 es tal que roza la parodia y si sabéis apreciarlas, disfrutareis de momentos absolutamente sublimes que recuerdan a los mejores momentos de series como Los Simpsons o Padre de familia.
Resumiendo, Sharknado: the 4th awakens se mantiene muy en la linea del resto de entregas de la franquicia, volviendo a ofrecer un espectáculo tan cutre que resulta imposible odiarlo, siendo una obra cinematográfica de escaso valor pero que funciona sorprendentemente bien como comedia. Una película que disfrutarán los fans de las anteriores entregas, aquellos que busquen una comedia que no se tome en serio a sí misma y a los que les suene gracioso todo el asunto de los Sharknados. Si lo que buscáis es algo inteligente, bien escrito e interpretado o una buena película… manteneos alejados de esto.
Por último, y como apunte final, recomiendo ver la película doblada al castellano y con unos amigos a los que guste este tipo de cosas, algo que le da un plus de diversión y la hace aún más graciosa.
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