Star Wars, El Señor de los Anillos, Matrix, Jurassic Park, Aliens… el mundo del cine friki nos ha enseñado a amar las trilogías, tanto como a temer a todos los sub productos y derivados que de éstas surgen a lo largo de los años y conforme las productoras se van quedando sin ideas. De esta manera, con el paso de los años y sin saber muy bien cómo, a El Señor de los Anillos le salió El Hobbit, a Aliens, Prometheus, a Jurassic Park, Jurassic World. Pero si hay una saga a la que le han salido secuelas, precuelas, y todo lo que se ha podido, esa es Star Wars, padre de todas y sagrada trilogía entre trilogías (aunque un servidor sea más fan de la Tierra Media) que cuenta con dos (casi tres ya) trilogías, varias series animadas, una futura serie de imagen real y dos spin offs: el bastante querido por los fans Rogue One (aunque no tanto por la crítica) y Han Solo, la entrega que nos ocupa y que toma el nombre directamente de uno de los personajes más queridos de la saga.
Es fácil antes de entrar siquiera al cine hacer una estimación y un pequeño control de daños de lo que nos vamos a encontrar en esta nueva cinta de Star Wars, sobre todo después de ver su (demasiado revelador) tráiler, más si tenemos en cuenta que Han Solo ha tenido un rodaje bastante accidentado con un cambio de manos en la dirección (de la que se tuvo que hacer cargo Ron Howard a medio camino) incluido. Así que está justificado entrar a la sala parafraseando al mismísimo Solo diciendo eso de “Tengo un mal presentimiento”.
Esta galaxia no es lo suficientemente grande para los dos…
Han Solo adopta las convicciones y arquitectura más básica del cine de aventuras, alejándose lo máximo posible de la ciencia ficción y sus tecnicismos para ofrecernos, una vez más, una cinta que no quiere complicarle la existencia a nadie, ni con grandes argumentos, ni con tramas enrevesadas, ni mucho menos con terribles escenas dramáticas cargadas de nada que no sea un buen puñado de explosiones.
Hay pistoleros, un asalto a un tren, el robo de algo que a todas luces podría ser un banco, un gran villano con cicatrices, escenas de cantina… vamos, que si no fuera por los blasters, las naves espaciales y los alienígenas, bien podríamos estar hablando de un western de sobremesa.
Con estas premisas nos encontramos ante un acercamiento al universo de Star Wars lo más descafeinado posible, tanto que su predecible argumento y sus escenas de acción le resultarán sobadas y carentes de inspiración hasta al menos avezado en el glorioso mundo del cine de acción.
El reparto, aunque cuenta con actores de la talla de Emilia Clarke (Khaleesi Kira), Woody Harrelson (Beckett), Thandie Newton (Val), Donald Glover (Lando Calrisian), o Alden Ehrenreich (Han Solo), no consigue que nos lleguemos a impresionar con ninguna de las actuaciones de unos actores que hacen lo que pueden con lo poco que se les da para trabajar, y es que el guion de las cintas de Star Wars nunca ha sido una de sus virtudes, y con Han Solo la cosa no mejora demasiado.
Sin embargo, todo en Han Solo está hecho para resultar correcto, Ron Howard no ha arriesgado en absolutamente nada a la hora de encarar esta nueva producción de Star Wars, resultando en una cinta que si bien no tiene grandes fallos, está igualmente carente de aciertos remarcables, todo en ella es de un gris perfecto, un color cuidadosamente elegido para no enfadar demasiado a los fans (como ya hizo Rogue One) y sin la menor intención de ahondar en el universo de la saga más allá de un par de breves cameos muy interesantes que incluso nos podrían dar una pista sobre las siguientes películas.
Está claro que enfadar a los fans nunca es una buena idea (nosotros lo sabemos de sobra) pero quizá sea peor la indiferencia, y Han Solo tiene cantidades ingentes de indiferencia a lo largo y ancho de sus casi 135 minutos de paja entre explosiones, personajes poco trabajados y alguna pincelada aquí y allá de genialidad (al César lo que es del César).
Finalmente Han Solo Una Historia de Star Wars se destapa como una anodina historia de Star Wars que nos hará pasar por la butaca sin pena ni gloria, una cinta que parece echa con la intención de no hacer enfadar a nadie con Porgs, chistes, imposibilidades científicas, o toreos al lore de la saga y que por el camino se olvida de lo más importante, hacernos sentir emociones; sean las que sean, siempre serán mejor que nada.
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