Cuando me enteré de que la franquicia Terminator volvía a James Cameron mi alegría fue mayúscula; tras años de secuelas, precuelas y spin offs de calidad mediocre, en el mejor de los casos, la franquicia volvería a las manos de quien la hizo grande. Terminator Destino Oscuro debía ser el retorno del hijo pródigo; probablemente es mucho decir que alguien se esperara una candidata a los 5 Oscars que se llevó en su día Terminator 2, pero al menos una cinta de acción de calidad, quizá algo que rivalizara con la estupenda Alita: Ángel de combate. Finalmente, no ha sido así.
Borrón y cuenta nueva
Una de las cosas que más me ilusionaba de Terminator Destino Oscuro era precisamente que es una continuación directa de la segunda película, ignorando todos los largometrajes y series que se han hecho durante los últimos años, Cameron a la producción y revisión del guion y Tim Miller (El señor detrás de Deadpool) a la dirección, así que de primeras los ingredientes para conseguir un producto de calidad estaban presentes.
Sin embargo, parece que la química entre Cameron y Miller no es la misma que tuvieron el padre de Avatar y Robert Rodriguez con Alita, y las diferencias creativas se han convertido en un escollo que han convertido la producción, en palabras del mismísimo Cameron: “En un auténtico baño de sangre”, y esto es algo que se nota si estáis familiarizados con los trabajos de ambos directores. Que la química no ha funcionado es evidente, y la culpa es tanto de Miller, por no saber ver qué tipo de película tenía entre manos, como de Cameron por delegar su trabajo, aunque sea en un buen director.
Y el desacuerdo entre los dos cineastas se nota, vaya si se nota. Terminator Destino Oscuro es una cinta que se quita de encima el peso argumental como aquel que se sacude el polvo, haciendo parecer que el argumento está ahí para que descanses entre escenas de acción y no al revés, como es de esperar si se quiere seguir la estela de las dos primeras cintas.
Miller está ansioso por mostrarnos una escena de acción detrás de otra, dándonos el tiempo justo para acomodarnos en el asiento de nuevo entre ellas; se nota que es su punto fuerte y pone todo su esfuerzo en ello. Sin embargo, queda patente demasiado pronto que la dirección de Tim Miller es más adecuada para el cine de superhéroes que para el de ciencia ficción. Su forma de dirigir sólo deja en evidencia el poco respeto de Miller por un género que exige más del argumento y un poco de coherencia con las escenas de acción, dos elementos que en el cine de superhéroes (sobre todo con Deadpool) se pueden pasar por alto sin demasiados problemas y salir airoso con la crítica.
La acción es exagerada incluso teniendo en cuenta las fabulosas capacidades del nuevo Terminator, lo que no quita para que haya algunas escenas realmente espectaculares, pero que quedan sepultadas en medio de una inmensa ensalada de tiros, pirotecnia y extravagancias, que poco tienen que ver con la acción más visceral, pausada y “realista” que nos mostraban las cintas originales.
No hemos venido por los tiros, sino por todo lo demás
Y si estuviésemos hablando de cualquier otra película esto no estaría tan mal; “cine palomitero de acción para vaciar el cerebro y disfrutar de las piruetas y las explosiones”. Pero resulta que Terminator es un icono cultural, resulta que marcó un hito en el cine de acción y demostró que este género no estaba reñido con el buen cine si se hacían las cosas bien, que se podían desarrollar personajes y hablar de ciencia y filosofía dentro de una cinta de tiros y que los Oscars no estaban limitados a los dramones de turno.
Por desgracia a Miller y a Cameron se les olvida hablarnos del futuro en una cinta que va precisamente de eso. El argumento es terriblemente simple, continuista y poco inspirado; una mera excusa para poner un poco de contexto a tanta escena de acción. En cuanto a actores y sus papeles, Linda Hamilton esta increíblemente desaprovechada en su retorno como Sarah Connor, y la excusa para traer de nuevo a Arnold Schwarzenegger hace poner cara de lamer limones cuando nos la cuentan, aunque él lo sigue haciendo tan “bien” como siempre, y es que el gobernador de California parece nacido para ser un robot del futuro.
Irónicamente, #TerminatorDestinoOscuro mira demasiado al pasado para finalmente no tener nada que contar sobre el presente, ni mucho menos sobre el futuro. Clic para tuitearPor otro lado, ni Mackenzie Davis (Grace), ni mucho menos Natalia Reyes (Dani Ramos), hacen nada excepcional en sus papeles, que por otro lado tampoco dejan demasiado a la interpretación, dejándonos personajes completamente olvidables. Una lástima, sobre todo en el caso de Grace, de donde podríamos haber extraído muchos datos jugosos sobre el futuro y la guerra contra las máquinas.
Las comparaciones son odiosas, pero….
Terminator 2 hablaba de un niño roto por culpa de una obsesión de su madre con un acontecimiento que aún no había pasado, de cómo podíamos ser dueños de nuestro futuro y a la vez lanzaba un mensaje sobre las inteligencias artificiales que hoy está más vigente que nunca. Fue una cinta que, irónicamente, se adelantó a su tiempo. Sin embargo, Terminator Destino Oscuro se agarra fuerte a su pasado esperando poder vivir de las rentas, de la nostalgia que produce ver a Sarah Connor de nuevo y de esos acordes musicales que en su simpleza todavía hacen que se me ponga el vello de punta. Todo lo demás está sacado del enorme cajón de lo genérico, donde se guardan las cosas mediocres y donde los directores poco inspirados van a buscar cuando las ideas, las ganas, o ambas, brillan por su ausencia.
Terminator Destino Oscuro
Destaca en:
- Algunas escenas de acción están muy bien
- Poder volver a ver a algunos de nuestros personajes favoritos
- La idea inicial de ser una continuación directa de Terminator 2 era fantástica...
Podría mejorar:
- ...Pero ha resultado estar terriblemente desaprovechada
- ¿Argumento? ¿estás ahí?
- La sensación constante de estar viendo Fast & Furious pero con robots
Demasiado generosos me parece que habéis sido con la nota. Yo lo siento pero estaba aburrido a poco más de la mitad. Se convertirá en una de esas pelis que pones y que le das al avance porque solo quieres ver las peleas. Respecto a la crítica estoy completamente de acuerdo.