No llama la atención, su argumento roza lo absurdo y encima su cartel de presentación, con la protagonista mirando al infinito, suena a bodrio infumable. Y así es como nos equivocamos una y otra vez con obras que pueden llegar a sorprendernos, como Tres anuncios en las afueras (España, 2018).
Debo añadir que no es una película para todos los públicos, que el drama costumbrista no gusta a todos y que a día de hoy, el hecho de que haya ganado chorrocientos Globos de Oro (y lo que le queda) no es garantía de película de calidad, pero Tres anuncios en las afueras parece ser consciente de todo eso y quiere ofrecernos más de un giro argumental para que nos convenzamos de que, no sólo debemos darle una oportunidad, sino de que será una de esas películas que, con el tiempo, valoraremos aún más.
Bruta, ácida y llena de humor negro
Tanto la película en sí misma como la protagonista, Mildred Hayes (Frances McDormand) resultan una sorpresa por la fuerza con la que presentan sus argumentos, lo atípico de su puesta en escena y la ambigüedad de sus actos y los de quienes la rodean.
Como tantas veces he dicho ya, a estas alturas del séptimo arte, lo importante no es lo que cuentas, sino cómo lo cuentas; y Tres anuncios en las afueras ha hecho de esta premisa su bandera, dejando de lado el argumento (Mildred pone tres vallas publicitarias en su pueblo, Ebbing, para recordar y presionar a la policía de Missouri de que no están haciendo lo suficiente para esclarecer la violación y asesinato de su hija, cuando ya han pasado 7 meses del suceso) y centrándose en las motivaciones de cada personaje, así como en la forma de llevar la situación tan atípica que es vivir con el recuerdo constante de las molestas y gigantescas vallas publicitarias.
El jefe de policía Bill Willoughby (Woody Harrelson) resulta un digno contrincante en esta historia. Pocas veces asistimos a una película en la que no podamos encontrar un “malo” al que señalar. Tan pronto miramos a Bill como nos decantamos por el oficial de policía Jason Dixon (Sam Rockwell) como miramos al ex marido de Mildred, Charlie (John Hawkes) como a los desconocidos que atacan a Mildred de una y mil formas por su arremetida contra las autoridades.
Esto podría parecer razonable y hasta esperable en una película de este estilo, pero el director Martin McDonagh juega con la idea de que hasta los amigos pueden ser los villanos de esta historia, dando a los supuestos antagonistas motivaciones honorables, y creando conflictos entre la protagonista y sus allegados (su hijo Robbie – Lucas Hedges -, su pretendiente James – Peter Dinklage –, el vendedor de publicidad Red – Caleb Landry Jones -, entre otros) haciendo que la cruzada en la que se ha embarcado no esté tan justificada como ella piensa.
Pero recordemos que esto es una guerra
Por supuesto, tal y como lo cuento (y con la dificultad de no soltar spoilers) puede que Tres anuncios en las afueras no resulte tan atractiva como cabría suponer y, de hecho, el primer tercio de la película resulta un poco insulso, pero su tono mordaz, su constante ironía y ese tufillo sureño y casi de western que impregna la película hacen que soltemos más de una carcajada y que nuestro asombro por el desarrollo de los hechos vaya en aumento a medida que avanza la película.
Aquí nadie nos juzga ni nos exige un posicionamiento.
El uso del humor negro, tan desaprovechado en otros filmes, es aprovechado en todo su potencial en Tres anuncios en las afueras, eliminando las sutilezas y teniendo en el lenguaje su máximo exponente.
Muchas veces odiamos películas por lo antinatural de sus diálogos, pero la naturalidad de las conversaciones que se mantienen aquí (todo aderezado con palabrotas, obviamente) nos hace creer realmente en la historia y le da al dramatismo la ligereza necesaria para “soportar” la crudeza de todos los acontecimientos, mientras erige moralejas ambiguas que crean en el espectador sobre todo respuestas viscerales, a la par que les hace huir de esa incomodidad que crean obras como Manchester frente al mar, en las que sales con una mueca de disgusto del cine.
Así pues, pese a que no es la típica película que uno esperaría ver en Generación Friki, sus giros argumentales, su sentido del humor y su alejamiento de los dramas convencionales sobre asesinatos hacen de Tres anuncios en las afueras una apuesta muy aceptable para visionar.[amazon_link asins=’B078Y3FLM3′ template=’ProductCarousel’ store=’generacionfri-21′ marketplace=’ES’ link_id=’b679f336-fc2e-11e7-b66c-23d36427b26e’]
Un comentario
Pingback: GANADORES DE LOS GLOBOS DE ORO 2018: la paridad lucha contra el machismo -