VENGADORES: LA ERA DE ULTRÓN: más no es mejor

Ha llovido ya desde que Joss Whedon nos sorprendiera a todos con su fantástica adaptación al cine de Los Vengadores. También ha llovido desde que el género estandarte de las capas y la licra pasara de ser mera anécdota a convertirse en el representante del blockbuster norteamericano, dando de comer a medio Hollywood (y aguantando las críticas del otro medio). Así que hoy día cuando vamos a ver una peli de superhéroes al cine el hype está considerablemente más controlado y necesitamos que el film tenga algo más que a nuestro héroe favorito para salir satisfechos.

Vengadores: La era de Ultrón (Avengers: Age of Ultron 2015) es la penúltima película de la “fase 2” del universo Marvel, comprendida desde el final de Los Vengadores y pasando por Iron Man 3, Thor: El Mundo Oscuro, Capitán America: Soldado de Invierno, la fantástica Guardianes de la Galaxia y acabando el próximo julio con Ant-Man: El Hombre Hormiga, cerrando así el segundo gran arco argumental de la saga y dando pie a la apertura de nuevas tramas que se irán desarrollando en las próximas películas de Marvel (que parece que tiene cuerda para muchos, muchos años).

Este es el lienzo sobre el que Joss Whedon nos ilustra la segunda gran superproducción que marca la hoja de ruta dictada por el universo Marvel, y es que Vengadores: La era de Ultrón sirve como nexo de unión de todos los acontecimientos acaecidos hasta ahora, una especie de ITV metafórica en la que pasamos revista a todo el universo viendo cómo ha quedado todo y damos el primer paso en firme hacia lo que será la “fase 3” de esta interminable y maquiavélicamente hilada saga de películas.

Desde luego llevar este proyecto a buen puerto y a la vez conseguir una buena película de superhéroes, en la que seis super-egos se dan codazos por aparecer en pantalla, y sin que ningún fan se sienta defraudado por el camino es una tarea a la que no todo el mundo puede hacerle frente, tanto por la complejidad que conlleva como porque en el mundo de los superhéroes si das un paso en falso ofenderás a miles de fans que inundarán los foros de mierda sobre la película durante años (la sombra de Dare Devil es alargada).

Sin comernos la cabeza con el argumento:

Vengadores: La era de Ultrón se sitúa justo después de los acontecimientos de Capitán América: Soldado de invierno y de Guardianes de la Galaxia con un Tony Stark dando rienda suelta a sus sueños húmedos en cuanto a Inteligencia Artificial se refiere y dejando libre de una manera inesperada a Ultrón, una suerte de IA que sin saber muy bien cómo (porque no lo explican) vivía dentro del bastón de Loki. En principio Ultrón tiene la misión de defender la paz del mundo y plantar margaritas por doquier para deleite humano, pero al fin y al cabo es un robot, y si eres un robot en una peli de Hollywood está claro que tarde o temprano se te va a ir la olla y vas a terminar jodiendo a todo el que se te ponga por delante.

El argumento como podéis ver no se va a llevar ningún Oscar, pero viendo la cantidad de trama con la que la película se tiene que poner al día tampoco es necesario mucho más para conseguir los 140 minutos de metraje que dura. Y es que de ponzoñas más gordas hemos visto sacar oro en otras ocasiones y aunque Vengadores: La era de Ultrón no es exactamente oro, desde luego se las apaña muy bien con lo que tiene.

Los personajes están mejor desarrollados y son más coherentes con su lugar en el universo, como bien dan a entender los roles que juegan Ojo de Halcón (Jeremy Renner) y Viuda Negra (Scarlett Johansson) en esta película, mucho más conscientes de sus propias limitaciones y por ende más humanos y vulnerables de lo que se nos mostró en la anterior película. También dan en el clavo con el desarrollo de los demás superhéroes (Mark Ruffalo como Hulk, Paul Bettany como Visión, etc), cada uno dentro de su propio microclima y haciendo lo que mejor se le da. De esta manera vemos que el maravilloso sarcasmo de Tony Stark (Robert Downey Jr) sigue ahí y seguimos disfrutando de la desfasada moral del Capitán América (Chris Evans) y de la petulancia de Thor (Chris Hemsworth), todo sin rascar demasiado la superficie, eso sí, no se nos vaya a olvidar que estamos viendo una peli de superhéroes.

En el otro lado de la moneda nos encontramos a Ultrón, un personaje que entra en escena con mucha fuerza pero que con el paso de los minutos se va desmontando tornándose monocromático y carente de motivaciones, muy lejos de la “complejidad” y volumen de un personaje como Loki, muchísimo mejor desarrollado. Al final Ultrón sólo es una excusa para mover el film de un lado a otro y que todo se vaya desarrollando, un personaje harto desaprovechado que podría haber dado para mucho más que para una larga retahíla de tortas y de un diseño artístico francamente bueno.

¿Mejoramos lo ya hecho?

Y aunque al principio me costó reconocerlo, Vengadores: La era de Ultrón es peor que su predecesora, copiando a esta en mecánica, desarrollo y conclusión casi paso por paso pero hundiéndose en la injustificable necesidad de querer ser más grande en todo; tanto que esta necesidad de más es la que hace que el barco termine por no flotar igual de bien.

Las escenas de acción, pese a estar bien grabadas, muchas veces se ahogan a sí mismas con un exceso de complejidad visual que atora y confunde al espectador, que no sabe muy bien dónde tiene que mirar. Tampoco ayuda que la acción a veces se divida en tantos frentes que el espectador no pueda tener un esquema mental claro de lo que está pasando exactamente con cada personaje, quedando algunos en el limbo durante varios minutos y convirtiendo a ratos el film en una fiesta de explosiones y collejas sin ton ni son.

Siendo Vengadores: La era de Ultrón una gran película, al final queda la sensación de que sobra acción en pro de un “algo más” que eleve a la película a las cotas de calidad vistas en su primera parte o en la genial Guardianes de la Galaxia. Quizás unos minutos dedicados a desarrollar más la trama, al desaprovechado Ultrón y a los protagonistas habrían acabado por convertir este film en lo que casi es pero que no llega por errores de bulto.

Aún con todo la ultima peli de Marvel y Joss Whedon convence, las dos horas largas que dura se pasan ligeras y , como siempre, nos quedamos con ganas de más, que ya es más de lo que pueden decir muchos films de hoy en día. La próxima cita la tenemos con Ant-Man y no sé vosotros, pero yo ya estoy impaciente.