Que de Venom, el nuevo intento de Sony por sacarle algo de provecho al rico universo del “cabeza de red”, no podía salir nada bueno era un secreto guardado a voces. La recepción de los tráilers no había sido la mejor y, cuando una película no es capaz de crear expectación incluso entre los fans más acérrimos (como un servidor), entonces es que las cosas no van nada bien.
Y que conste que no digo esto por la total ausencia de Spiderman en la película, o por la equivocadísima decisión de convertir la cinta en un producto para todos los públicos, pero es que Venom parecía no ser más que la enésima interpretación de una historia de orígenes que a estas alturas conocemos a la perfección y que, además, carece de elemento distintivo alguno que pueda diferenciarla del resto y aportar algo de interés al, aparentemente insípido, conjunto.
Debo decir, sin embargo, que Venom me ha sorprendido positivamente, no tanto porque haya conseguido hacer algo particularmente interesante con su trama o sus personajes (la película, ya os lo adelanto, es un completo desastre), sino por lo mucho que me he reído durante las casi 2 horas que dura la cinta.
La trama nos cuenta la historia del reportero de investigación Eddie Brock (Tom Hardy) y sus tejemanejes con la malvada corporación VIDA que, como es habitual en las compañías dirigidas por un megalómano sin escrúpulos, está jugando a ser Dios con unas peligrosas criaturas alienígenas que se ha traído de recuerdo tras su último viaje al espacio.
Eddie, como todo buen reportero que se precie, intentará destapar todo el asunto y acabar con las ambiciones de la corporación, lo que le llevará a colarse en uno de sus laboratorios y llevarse, sin querer, uno de los “simbiontes” (criaturas que necesitan unirse a un huésped para mantenerse con vida) con los que se estaban realizando experimentos.
Cuando nos falta ambición y ganas de arriesgar:
Quizás resulto obvio, pero la historia que nos cuenta Venom resulta de lo más típica y está plagada de clichés y momentos predecibles de principio a fin. Esto, por supuesto, no tiene porqué ser malo; se podría haber aprovechado la simpleza de la trama para hacer algo diferente e interesante con el resto de la película pero, por desgracia, las ambiciones de Venom no van tan lejos, y el resultado final es infinitamente menos interesante y atractivo de lo que podría haber llegado a ser.
Y es que la cinta sufre un problema de crisis de identidad la mar de serio, moviéndose constantemente entre diferentes tonos y pasando del thriller a la comedia (y en muchas ocasiones a la comedia involuntaria) como quien se cambia de calcetines.
Resulta curioso, pero son estos momentos de comedia los que mejor funcionan en la película, en parte porque como es imposible tomársela en serio no te queda otra que reírte de lo que estás viendo y en parte por la histriónica interpretación de Tom Hardy, que parece que, muy acertadamente, no se ha tomado demasiado en serio a su personaje, y nos regala una actuación rarísima, muy divertida y difícil de olvidar que al final es una de las mejores cosas de la cinta.
Porque la verdad es que no hay mucho en Venom que merezca la pena ser recordado y, si dejamos de lado la interpretación de Tom Hardy y un par de momentos graciosos (como la escena de la langosta), que son verdaderamente divertidos, lo que nos queda es una película sin ninguna chicha ni sustancia que, por suerte, cuenta con un muy buen ritmo y nunca llega a resultar aburrida, algo de agradecer en estos casos.
Se puede apreciar, sin embargo, el esqueleto de una película debajo de todo ese caos y la verdad es que, de haber contado con la ansiada calificación R y haber abrazado por completo ese tono de cachondeo que domina ciertas secciones de la obra, Venom podría haber sido mucho más de lo que es y, como una especie de Deadpool made in Sony, haber aprovechado para contar la historia del villano sin tomarse tan en serio a sí misma y centrándose en ser divertida, impredecible y salvaje, algo que se habría vendido mucho mejor que el híbrido entre peli de superhéroes y de serie B con el que hemos acabado al final.
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Destaca en:
- Algunos momentos de comedia (voluntaria e involuntaria)
- La interpretación de Tom Hardy
- Nunca llega a resultar aburrida ni demasiado larga
- Visualmente, la recreación de Venom es estupenda
Podría mejorar:
- La trama hace aguas por todos lados y nunca pasa de lo meramente anecdótico
- La película no parece tener muy claro si es una comedia o un thriller
- Llena de clichés y momentos predecibles