Basada en la novela homónima escrita por Neil Gaiman allá por el 2001 y adaptada a televisión por Bryan Fuller (Hannibal), American Gods es una serie emitida por la cadena Starz, que cuenta con tan sólo 8 capítulos y cuya seña de identidad es su estética única y su peculiar manera de hacer las cosas.
Y quizás su peculiar manera de hacer las cosas sea la que, a pesar de que nadie se sorprende a día de hoy que se adapten cómics o libros a la televisión, separa a la serie de la obra original, de tal forma que la comparativa, en este momento, es innecesaria y el interés lo centramos en la serie como producto independiente.
Una road movie por el alma de América
La historia de American Gods se centra en el personaje de Shadow Moon (Ricky Whittle), un ex-presidiario algo callado y meditabundo pero muy majete que, tras la inesperada muerte de su mujer Laura (Emily Browning), se encuentra completamente perdido en la vida, sin un hogar al que regresar y sin nadie que le espere en ninguna parte. Shadow se encuentra en su punto más bajo cuando, sin saber muy bien cómo, acepta una oferta de trabajo para el misterioso Mr. Wednesday (Ian McShane), un extravagante individuo que parece saber mucho más de lo que dice y que servirá como inesperado acompañante para Shadow en un viaje lleno de locura donde nada es lo que parece a simple vista.
Este viaje envolverá a Shadow en un curioso conflicto entre dioses por el alma de América, poniendo todo patas arriba y haciendo que la sencilla premisa de la que parte la serie sirva de base para contar una historia mucho más grande de lo que aparenta en un principio, todo ello aderezado con una buena dosis de violencia, desnudos y humor negro, que acaban transformando la historia en un auténtico desfile de lo inesperado en el que nunca sabes del todo qué es lo próximo que te vas a encontrar.
Sátira y crítica a través de la mitología
Y es que la historia de American Gods es de todo menos simple, especialmente si no estáis familiarizados con el material original y, si eres de los que se hacen un lío fácilmente, es posible que te sientas algo perdido en los primeros episodios. Digo esto porque la serie se toma su tiempo para avanzar y no explica casi nada de primeras, guardándose muchos misterios desde el principio y prefiriendo dejar sutiles pistas aquí y allá acerca de la identidad de tal o cual personaje en lugar de decirnos directamente de quién se trata.
Aun así, no solo considero este aspecto como algo positivo, sino que creo que su oscurantismo es uno de los mayores encantos de la serie, que consigue crear una poderosa aura de misterio con mucha facilidad y que se apoya en una gran cantidad de simbolismo y mitología para contarnos su historia. En este sentido, aquellos que estén familiarizados con el “lore” de ciertos cultos y religiones podrán comprobar con gran satisfacción la atención al detalle con la que se ha recreado este aspecto de la serie, pudiendo ver, por ejemplo, como Anubis pesa el corazón de los muertos en una balanza para comprobar si es o no más pesado que una pluma, lo que determina su destino en la otra vida.
Pero la cosa no queda ahí, y además de contar con deidades y mitologías bien conocidas por la mayoría (como la Griega o la Egipcia), la serie explora otras mitologías y dioses menos populares, sirviendo también para conocer nuevas culturas y aspectos menos conocidos de ciertas religiones, resultando en todo un “quién es quién” mitológico que pondrá a prueba a los más versados en el tema.
Por supuesto todo esto no esta ahí solo porque mole, American Gods es una obra que habla de las creencias, del poder que le otorgamos a las mismas y que nos presenta a los dioses de forma poco convencional, como entidades que dependen de la humanidad y su fe y que deben adaptarse y evolucionar para aprender a vivir en un nuevo mundo aparentemente ateo. Es una serie que habla de la humanidad como especie, así como del cambio ideológico y religioso que acompaña nuestra evolución, invitando a la reflexión acerca del poder de nuestras ideas y de saber (o no) dejarlas atrás cuando han dejado de sernos útiles.
Personajes y estética, tan destacables como su trama
Por supuesto, gran parte del peso de la trama recae sobre los personajes, apartado en el que la serie cumple con sobresaliente y al que tanto la buena elección de casting como las propias interpretaciones de los actores contribuyen enormemente, siendo especialmente destacable el trabajo de Ian McShane y Emily Browning, que encarnan dos de los personajes más carismáticos de la serie de forma excelente. Sin embargo, tampoco se puede obviar el trabajo de Ricky Whittle como protagonista, así como el divertido Mad Sweeney (Pablo Schreiber) y la corta pero intensa aparición de Czernobog (Peter Stormare).
En general, podemos decir que los personajes son carismáticos y que presentan una evolución creíble a medida que avanza la trama, siendo nuestro protagonista el que sufre el cambio más destacable y el que actúa como puente entre el espectador y el mundo de los dioses, descubriendo a la vez que nosotros las particularidades y misterios de las deidades y su existencia en nuestro planeta.
Sin embargo, y a pesar de su excelente trabajo con los personajes y a la hora de construir un lore fuerte e interesante, es imposible hablar de American Gods sin mencionar su estética, verdaderamente única y original, y que ayuda a dar vida a su universo de forma totalmente creíble y muy espectacular, con algunas virguerías visuales realmente impactantes, y con una calidad general y una atención a los detalles digna de elogio.
¿Por qué no es una serie redonda?
Aun así, no podemos decir que American Gods sea una serie perfecta. Desde luego tiene personalidad, de eso no hay duda, y en ningún momento da la impresión de ser un producto genérico o falto de inspiración, pero si que podemos hablar de un problema de ritmo importante, así como de una falta de dirección muy confusa en los primeros capítulos que hace que no sepamos muy bien qué narices estamos viendo.
Desde luego se trata de una cuestión de gustos, y es difícil decir que se trate de una serie lenta (y menos aún teniendo sólo 8 capítulos), pero no cabe duda de que estamos ante una serie irregular y que, si bien los mejores momentos de la trama son totalmente memorables, también podemos encontrarnos con segmentos aburridos o que aportan poco a la trama, ¿será este el precio de su originalidad?
Por suerte los aspectos positivos de American Gods destacan sobre los negativos y, si bien es una serie que no gustará a todo el mundo, me parece casi obligatorio darle una oportunidad a esta genial adaptación de la obra de Neil Gaiman. Puede que no sea perfecta, pero su cuidada trama, excelentes personajes y original puesta en escena son razones más que suficientes para enfrascarnos en el perturbador y original universo de American Gods.
American Gods
Destaca en:
- Hace un gran trabajo a la hora de implementar varias mitologías en un mismo universo
- Personajes muy carismáticos
- No explica todos sus misterios y deja muchas pistas al espectador
- Visualmente es una maravilla
Podría mejorar:
- Puede resultar algo confusa por su falta de dirección, sobre todo en los primeros compases.
- Algunos capítulos son geniales, otros no tanto.
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