Asumamos que somos medianamente inteligentes y hemos deducido que en Esta mierda me supera (I Am Not Okay With This, 2020), la nueva serie de Netflix que tanto está gustando (porque está de moda las series de adolescentes, si es con instituto incluido mejor, véase Sex Education, Day Break, The End of the F***ing World, etc), los poderes sobrenaturales de su protagonista, la quinceañera Sydney Novak (Sophia Lillis), son, aparte de una realidad, una gran metáfora de su convulso, confuso y hormonado estado actual. Explota cuando se altera, en un alarde de ingenio creativo por parte de su autor (hablo del autor del cómic en el que está basada ligeramente la serie, Charles Forsman) imitando a Fénix de los X-Men, y haciendo que esté aún más confusa y aún más cabreada porque, claro, nuuuunca se nos ha ocurrido pensar qué haríamos si tuviésemos superpoderes, ¿verdad?. Una pescadilla que se muerde la cola y, como buena adolescente, decide ocultar esto a su madre y, ya de paso, a todo el mundo, hasta a su “besti”, la popular Dina (Sofia Bryant).
Esto ya lo hemos visto, pero ahora al estilo s.XXI.
Y el argumento realmente es este: chica de instituto que descubre que tiene superpoderes telequinésicos y no, haciendo repaso de Marvel y DC, no encuentra un origen plausible a los mismos. Mientras, lidia con su vecino-amigo-rollete, el (para los cánones del colegio) rarito Stanley Barber (Wyatt Oleff) e intenta asumir su sexualidad.
Jonathan Entwistle (creador, por cierto de The End of the F***ing World) es el encargado de dirigir esta comedia juvenil de tan sólo 7 capítulos de 20 minutos cada uno. Las reticencias a tragarnos “una más de esas series adolescentes de moda” supera así el primer escollo. Si hay más escollos realmente no lo sé ya que su poderoso título (¡qué estupenda traducción!) hace que me convenza de que cualquier español se sentirá atraído por esta serie. Y para los que no sea aliciente o sea irrelevante, su mezcla de elementos conocidos y referencias ochenteras seguro que acaba por convencerles, No obstante, es fácil que pensemos aquello de “esto ya lo he visto antes”, con todas esas escenas que nos recuerdan a Carrie de Stephen King, El Club de los Cinco, los X-Men, Stranger Things y unos cuantos momentos más.
Esto nos lo ventilamos, pero rapidito.
En general, uno de los aciertos de la serie es su condensado e inteligente despliegue de escenas en las que siempre se va sorprendentemente al grano, en lo que podría ser un largometraje (si juntas todos los minutos de los capítulos te cuadra). Esta mierda me supera tiene mucho que contar, pero te lo quiere contar rápido y, sin embargo, no se siente atropellado, sino que, de alguna forma, hacen que podamos centrarnos en cada aspecto que la serie te quiere mostrar: los traumas de la protagonista, sus dudas sobre su sexualidad, su relación con los personajes que rodean su vida (madre, hermano, mejor amiga, noviete) y la evolución de sus poderes.
Y aunque el ritmo de la serie es bueno y se hace agradable de ver y los personajes en general actúan bien (Kathleen Rose Perkins, Aidan Wojtak-Hissong…), es la interacción entre los dos protagonistas, Sydney y Stanley, la que hace que la serie supere la barrera de aceptable-mediocre a interesante. Porque por mucho que sea divertido u hostiable ver a los adolescentes haciendo…cosas de adolescentes, el interés es moderado si la serie no te aporta algo más (algo más que superpoderes, matizo y hala con lo que he dicho) porque por muy inspirado en las películas de John Hughes, sabe demasiado a cosas que ya conocemos, que ya he mencionado, y que hacen esto ya y mucho mejor.
La voz en off de la adolescente, que en otros casos me fastidiaría ya que considero que la propia serie debería mostrarnos lo que está pasando, cobra sentido en una persona en la edad del pavo que no sabe cómo expresar sus sentimientos y que está enojada la mayor parte del tiempo. Aquellos que ya la pasamos, nos sentiremos identificados (y compadeceremos a profesores y padres) y aquellos que la estén pasando ahora, sentirán mucha empatía con la protagonista.
Finalmente, Esta mierda me supera es una serie decente que prácticamente soluciona todos los conflictos al final de su primera temporada, dejándonos con la sensación de que, sin esa idea todavía sin explotar de los superpoderes, podríamos encontrarnos con un largometraje de sobremesa con una buena actuación por parte de la protagonista. Menos mal que al final nos ofrece un cliffhanger como es debido, que vaticina una segunda temporada, esperamos que en breve.