¿Por qué visionar una serie que sabes que no va continuar con nueva temporada? Pues porque muchas veces hemos sido testigos de cómo series muy buenas eran alargadas innecesariamente, y pasaban de ser “series redondas” a series sencillamente “buenas”. No es que sea el caso de Eye Candy (2015, basada en la novela del mismo nombre), pero es bueno saber que si para lo que daba era para una temporada, pues bienvenida sea.
Nos encontramos ante una serie que prometía (para todos aquellos amantes del suspense, el drama y los thrillers cibernéticos); una historia compleja con asesino difícil de encontrar, secretos ocultos y mucho hackeo. El gran problema que ha presentado la serie ha sido la fragilidad de su credibilidad como thriller, estando poco preparada para pasar de novela (pues es lo que era) a serie de televisión, que requiere profundizar mucho más de lo que lo hace, dado el amplio e importante espectro de temas que abarca: peligrosidad de las webs de citas, el ciberacoso, la ausencia de intimidad en las redes sociales y la futilidad de las relaciones.
Ese guion….que no convence…
Por un lado, esta poca credibilidad se palpa en la ausencia de escenarios, convirtiéndose casi en un sitcom con el piso de la protagonista como escenario principal. Esto está bien para series estilo Castle o Bones, con escenarios que se repiten puesto que lo importante son los diálogos y las interacciones con los posibles asesinos; sin embargo, en Eye Candy es lo que le proporciona su poca credibilidad. Ante un asesino psicópata tan peligroso, pero tan delimitado (básicamente porque está obsesionado con Lindy Sampson (Victoria Justice) y todos lo sabemos desde el principio), todo lo que rodea a la chica debería de estar encerrado por la poli en una zona de máxima seguridad, y con muchos polis, no sólo dos, y sin embargo, la chica va campando por sus anchas por la comisaría, la calle, los lugares donde se suceden los homicidios y su casa, éste último escenario de múltiples de los asesinatos o intentos de ello. Yo, a la primera, no duermo más en esa casa.
Así pues, casi todas las muertes que se suceden, aunque el modus operandi resulte novedoso y truculento, son muy obvias y sacadas del slasher clásico, hasta tal punto de decirte a tí mismo: “el guionista es J.R.R. Martin, nadie está a salvo”. Y esto, que podría ser algo bueno, cuando estamos ante un thriller de suspense resta mucho interés al espectador de hoy, no sólo buscador de nuevas sensaciones y de que, si acude a su género favorito, quiere que le sorprendan, sino porque no disfruta si ya sabe que todos van a morir y sabiendo que a medida que van cargándose a los sospechosos el cerco se va limitando….sólo te resta esperar sentado y hacer una quiniela con los amigos, a ver si te sacas unas perrillas. Terminaréis en seguida, teniendo en cuenta que en un par de capítulos ya te han presentado a todos los personajes.
Y es cuando llegamos a uno de los problemas más grandes de la serie: los personajes clichés. ¿qué importa que no sea el mejor drama del mundo cuando los personajes y sus diálogos te hacen vibrar? pero no es el caso. Eye Candy está llena de tíos buenos haciendo cosas de tíos buenos de anuncios de colonia, y los demás, se reparten el resto de la tarta de clichés: amigo gay, amiga negra (Kiersey Clemons), poli negra cabreada, poli rebelde (Casey Deidrick), tías buenas que mueren al más puro estilo Scream, jefe cabrón…y el único que se desbanca es George Reyes (Harvey Guillen), el amigo gordo de la prota porque no tiene el típico carácter de “soy su amigo porque no puedo ser su novio”.
No todo va a ser malo…o sí
Por supuesto que no todo va a ser malo. Una de las cosas que le achacaban a la serie Castle es que presentaba demasiados capítulos de relleno, cosa que no gustaba a los seguidores que pensaban que debían centrarse más en las tramas principales. Eye Candy tiene similitudes con ésta por el trauma de la protagonista, el papel del asesor, y un poco por los capítulos de relleno. Al principio pensé que era una buena idea que pareciera que había capítulos de relleno pero que siempre estuvieran conectados un poco con la trama principal, pero ahora me inclino por pensar que un poco más de “relleno” le habría proporcionado algo más de sustancia a la serie. No relleno al estilo Dragon Ball, sino más bien del tipo que enriquece a la serie porque aprovecharías para conocer más a esos personajes secundarios que aparecen tanto…pero sólo porque la protagonista con alguien tendrá que hablar ¡no va a pasarse los 10 capítulos que dura la primera temporada hablando consigo misma! Al final, resulta una serie que va sin duda al grano.
Uno de los capítulos más interesantes de Eye Candy es aquel que se sucede casi íntegramente en la discoteca (¡y que me aspen si no es la misma discoteca de Arrow!). Está claro que uno de los objetivos de la serie, con esas muertes tan preparadas y enfermas, con ese portal web de depravación llamado “Babilonia” y con ese capítulo de la discoteca, es mostrar que el ser humano puede ser realmente capaz de lo peor, que es capaz de hacer cualquier cosa por dinero sin ni siquiera cuestionarse la moralidad de sus actos. Así, tenemos en ese capítulo una particular recreación de El señor de las moscas, con una degeneración propia…pues propia de los seres humanos.
Y con todo, resulta una serie entretenida, mala y palomitera, pero entretenida; como una película larga de asesinos en serie, personas que esconden secretos y, cómo no, una hermana desaparecida que genera un trauma en la protagonista (perdón “trauma” en la protagonista) de tal envergadura que le impide descubrir que hay webcams en su casa y la vuelve vulnerable a todo bombón masculino que se le presenta. Resulta sorprendente cómo una hacker de su nivel no ha sido capaz de seguir a una chiquilla más simple que un lápiz, pero es que si nos ponemos a pensar en por dónde hace aguas la serie, nos privaríamos de ver muchos torsos de tíos buenos y la posibilidad de conocer a un psicópata que, reconozcámoslo, tiene motivaciones muy interesantes en su obsesión por Lindy.
Y aún así, después de que todos nos preguntemos ¿por qué, por qué? la primera temporada deja totalmente abierta la posibilidad de una segunda temporada. ¿puede ser que se lo acaben pensando mejor los de la MTV? tiempo al tiempo.[amazon_link asins=’B01MT0J8GS,0345466934′ template=’ProductCarousel’ store=’generacionfri-21′ marketplace=’ES’ link_id=’35fc94f3-2510-11e8-b39f-61768c479e04′]