¿Quién no quiere ver al Charche en pantalla de nuevo? Para todo aquel que creció con todo el elenco testosterónico de los 80-90 que cubrió el cine de acción, Arnold Schwarzenegger es uno de sus máximos exponentes y enterarse de que, por primera vez, a sus 75 años, iba a protagonizar una serie para la pequeña pantalla, era tanto una sorpresa como una buena noticia. La serie se llama Fubar (o F.U.B.A.R, 2023) y su primera temporada recupera todo lo que nos gustaba de las películas de acción de la época, sabiendo adaptarse a los tiempos modernos. No es moco de pavo, el asunto.
Arnold Schwarzenegger es Luke Brunner, un agente de la CIA a punto de jubilarse y deseoso de poder iniciar una nueva vida en la que recuperar a su ex mujer Tally (Fabiana Udenio), pasar más tiempo con sus hijos Carter (Jay Baruchel) y Emma (Mónica Barbaro) y disfrutar de su nuevo velero. Por azares del destino debe intervenir en una última misión durante la que descubre que su querida y perfecta hija Emma es también un agente de la CIA. Ambos descubren que no saben nada el uno del otro y deben colaborar juntos como espías mientras lidian con sus propios problemas familiares y personales.
¿Qué significa FUBAR? “Fucked Up Beyond All Recognition (o Repair)”, o en castellano “Jodidos más allá de todo reconocimiento (o arreglo)”.
Schwarzenegger haciendo de espía es el cliché por excelencia y Fubar es como una reinvención de Mentiras Arriesgadas (1994), aquel famoso éxito dirigido por James Cameron y que ya fue una versión de otra película francesa llamada La Totale! de 1991 y de la que nadie se acuerda porque… bueno, ahí está Arnold Schwarzenegger bailando el tango y haciéndonos reír (sí, y también Jaime Lee Curtis haciendo un striptease).
Y es que fue por esta misma época de Mentiras Arriesgadas donde descubrimos que el Charche era un gran comediante. Nada hay más divertido que ver a un fenómeno de la halterofilia haciéndonos reír y no debe extrañarnos porque el cine nos ha traído a otros gigantes como Dwayne Johnson o John Cena y resultan divertidísimos en pantalla. Un mecanismo básico como el de un chupete por el cual un señor grande y forzudo, que debería imponernos, nos produce risa al sacarle de su zona testosterónica de confort.
Pero Fubar no cae en el error de ser una simple serie de acción en la que EEUU tiene que salvar al mundo entero del villano de turno (Gabriel Luna: The Last of Us T1, Terminator Destino Oscuro), que también, ojo; sino que sabe explotar los recursos que tiene a su alrededor, favorecidos por la extensión que proporciona la serie (en este caso 8 capítulos, cada cual de entre 45 y 55 minutos de duración) y que no existía en las películas de los 80 en las que había que ir al grano.
Es por esto que hay tiempo para las tramas secundarias divididas entre las que tienen que ver con la familia de Luke y Emma y las que conciernen al equipo de la CIA: Barry y Tina (Milan Carter y Aparna Brielle), agentes de inteligencia, y Roo y Aldon (Fortune Feimster y Travis Van Winkle), agentes de campo. No voy a mentir diciendo que esta primera temporada ahonda psicológicamente en todas sus personalidades; es más, puede que nunca llegue a hacerlo y tengamos que contentarnos con lo mostrado (a veces breves e insatisfactorias pinceladas, reconozcámoslo), pero es un buen comienzo dado que rara vez conseguimos saber nada de las vidas de los secundarios en las películas de acción.
Este tema es interesante por partida doble porque permite darle a la serie una vis cómica añadida (que no evita algún nostálgico one liner) al hacer extremadamente humanos a todos los personajes. Sus emociones, sentimientos y problemas salen a relucir, creándose una comunicación que aleja a Fubar de las series típicas de acción. Sea el momento adecuado o no (tal que la vida), todos hablan, se pelean, ríen y generan empatía en el espectador al dejarnos ver la otra cara del agente de la CIA.
¿Sabéis que los espías de la CIA son humanos?
Es un aspecto que, sin resultar abrumador, me ha resultado grato encontrar en Fubar. Quizás influidos por las películas de James Bond solemos pensar que los empleados secretos del Gobierno estadounidense no tienen dilemas morales para con su trabajo. No creo haber encontrado muchos ejemplos tras la añeja Mentiras Arriesgadas en los que supusiera un problema para un agente secreto llevar a cabo tal o cual acción. Fubar se toma sus momentos para mostrar, no ya lo difícil que es compaginar vida profesional con familiar, sino qué hacer cuando determinadas acciones chocan con nuestra moral.
Es en esas escenas donde la química entre Schwarzenegger y Barbaro se hace notar de forma especial. Los dos actores resultan muy convincentes como padre e hija, así como compañeros de equipo en la CIA. Es cierto que en muchas ocasiones la Generación Zeta/Emma nos deja escenas y pataletas de vergüencita ajena (¿por qué se enfada tanto porque su padre le haya ocultado que era espía? ¿es que no ve su doble rasero?), pero Charche siempre guía la situación y, ayudado por el guion de Nick Santora, nos deja satisfactorias conversaciones.
Aciertos y deslices
Si me estoy poniendo dramática ya adelanto mis disculpas. Aquellos que os acerquéis a Fubar queriendo acción, risas y espectáculo lo vais a tener. De hecho, Fubar es, sobre y, ante todo, entretenimiento palomitero auspiciado por Netflix. Pero es capaz de acercarse al siglo XXI de forma muy digna, creando personajes más reales, haciendo las relaciones más creíbles (yo lo siento, pero si Emma fuera mi hija, no la aguantaría) y cometiendo, en mi opinión, pocos deslices.
¿A qué me refiero? No me gusta el cliché con patas que resulta el personaje homosexual de Roo, ni el papel tan superficial e infantil que le han atribuido. Tampoco me gusta su doblaje, que acrecienta esta sensación. Tampoco resulta acertado el personaje de la esposa de Luke, demasiado ignorante de todo y demasiado fuera de onda como para crear escenas memorables con cualquiera. Afortunadamente, las escenas con su novio (Andy Buckley) son casi inexistentes y en las que aparece con su ex, ya está Charche para salvar la situación.
¿Podemos decir “¡Arnold Schwarzenegger ha vuelto!”? Sí, sin ninguna duda. Y dado cómo terminó la primera temporada, seguro que una segunda anda en camino.
Fubar
Destaca en:
- Arnold Schwarzenegger sigue en buena forma para el cine de acción.
- Suficiente humor para resultar entretenida.
- Digno homenaje de las películas de los 80-90.
- Mezcla acción, romance, comedia y drama de forma inteligente…
Podría mejorar:
- …Aunque tampoco es que tenga un guion tremendamente elaborado.
- Se apoya demasiado en su personaje principal.
- La personalidad de Emma, aunque necesaria para crear conflicto, no resulta convincente. Parece la pataleta de una niña.
- El personaje de Roo raya la ofensa.
- El guion debería esforzarse un poco más para ser algo más profundo si quiere que la segunda temporada sea interesante.