Channel Zero es una serie que posiblemente haya pasado muy desapercibida. Tuvo luz verde para emitir dos temporadas de 6 episodios con una temática de terror, suspense y fantasía. Inspiradas en leyendas urbanas de internet llamadas creepypastas que pueden no tener un fundamento narrativo convencional. Su primera temporada, llamada “Candle Cove”, explicaba la influencia de una rara serie de marionetas emitida por un canal pirata y que coincidió en emisión con unas desapariciones sin resolver.
Al parecer, y dado el éxito de esos primeros capítulos, SyFy renovó automáticamente Channel Zero para una tercera y cuarta temporada. Por lo que parece que su creador Nick Antosca dispondrá de dos temporadas más, tras la que hoy comentamos, para desarrollar su proyecto de terror poco convencional.
Por cierto, la segunda temporada de Channel Zero se llama “The No-End House”, traducida como la “Casa sin fin” y sigue la trayectoria marcada por su primera temporada. Psicología, leyenda, sordidez y muchas incógnitas ya desde el primer capítulo.
En esta ocasión la trama nos traslada a una ciudad en la que unas chicas (Amy Forsyth y Aisha Dee) pasan unos días juntas relajándose en los últimos días del verano. Días en los que reciben un peculiar mensaje audiovisual en el que a duras penas puede distinguirse algunas formas. Algo que a priori no les llama la atención excepto porque lo han recibido las dos y porque otras personas parecen saber su significado.
Una leyenda poco fundamentada dice que, cada cierto tiempo, la “Casa sin fin” aparece en una ciudad en la que previamente algunos elegidos han sido convocados. Dichas personas tienen la oportunidad de entrar y vivir una experiencia aterradora atravesando una serie de habitaciones. Lo que ocurre en ellas nadie lo sabe, pero las conjeturas sobre el tema han superado todas las expectativas.
¿Qué nos ofrece la casa?
Puede que la casa simplemente nos muestre lo peor de nosotros mismos. O incluso, dicha “Casa sin fin” nos traslade a alguna situación que no queramos revivir. Es posible que el tiempo o el espacio se alteren por culpa de algún elemento vertido en el interior. Todo son rumores que no pueden probarse; teorías que no tienen fundamento; anécdotas de mal gusto o incluso algunos que afirman no haber vuelto a ver a ciertos elegidos nunca más.
Nosotros hemos visto el primer capítulo que, como si de un juego de cartas se tratase, ha dejado su primera mano encima de la mesa. Y es una mano muy atractiva, que podría haberse apoyado demasiado en el terror juvenil tipo Scream y que huye de éste para traernos algo más abstracto. Como unas primeras piezas de un puzle que estamos comprando por fascículos y del que aún no sabemos su forma completa.
Un inicio inquietante para una historia sobre la “Casa sin fin”. Pero seguro que no es nada, lo superaréis y podréis dormir tranquilos. O quién sabe, igual el coco viene a veros esta noche.