JUEGO DE TRONOS T5 RETROSPECTIVA: El giro fantástico.

Cerraba el primer análisis de esta serie de monográficos sobre Juego de Tronos comentando que, a pesar de las sentencias de los mandarines de nuestro tiempo (pienso en algún que otro político con coleta que no dudó en publicar un libro con las palabras Juego de Tronos al lado de su nombre, mientras en sus programas se burla de las “historias de espadas y reyes Arturos”), la serie de HBO es una fábula de carácter fantástico.

Esta quinta temporada que hoy comentamos representa el compromiso definitivo con lo fantástico: el punto de vista sociopolítico se abandona (hasta cierto punto) para que los acontecimientos empiecen a precipitarse.

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La quinta temporada de Juego de Tronos se vuelca en lo fantástico.

La trama de Arya ejemplifica mejor que ninguna este tránsito. Arya llega a Bravos (una suerte de Rodas, con coloso incluido) espoleada por el valar morghulis (“todos los hombres deben morir”; volveremos sobre el tema de la muerte más adelante) de Jaqen H`ghar (Tom Wlaschiha).

Allí comienza su entrenamiento con los misteriosos Hombres sin Rostro: una secta de asesinos cambia caras que veneran al Dios de Muchos Rostros; es decir, a la Muerte.

La inspiración de esta secta es clara: los magnicidas nizaríes de la fortaleza de Alamut (convenientemente mitificados por la saga Assassin`s Creed). Sea como sea, los Hombres sin Rostro aportaron a la serie algunos de sus set pieces más icónicos, como la Sala de los Rostros.

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La Sala de los Rostros.

No es ninguna casualidad que este pivotar del realismo (sea este término comprendido entre gigantescas comillas) al fantástico, coincida con el desplazamiento gradual del peso de las tramas hacía Essos, el Oriente.

Oriente. Pocas palabras tienen una resonancia tan grande en nuestra cultura. Desde la antigua Mesopotamia (“tierra del centro”) hasta la desconocida China y el fascinante Japón, pasando por las estepas siberianas y mongolas, muchos son los viajeros que han recorrido los caminos que una vez holló Gilgamesh: Alejandro Magno, Marco Polo, Lawrence de Arabia…y Tyrion Lannister.

Tyrion (Peter Dinklage) llega a Essos huyendo de sus crímenes. Varys (Conleth Hill) revela sus planes para colocar a Daenerys en el Trono de Hierro (una trama hilvanada desde la primera temporada, pero no olvidada), y Tyrion acepta reunirse con la Madre de Dragones…sólo para ser secuestrado por Jorah Mormont (Iain Glen), otro hombre noble a la fuga por sus crímenes.

La odisea de Jorah y Tyrion nos permite vislumbrar las ruinas de Valyria, en un momento de rara belleza nostálgica… y fantástica.

Mientras tanto, en Poniente, Meñique (Aidan Gillen) sigue ganando posiciones, en su cruzada por convertirse en el hombre más poderoso del reino. Otra semilla plantada en la primera temporada (el asesinato de Jon Arryn) germina cuando Meñique se hace con el Valle. Su herramienta principal (Sansa Stark) acaba en manos del legendario (por sanguinario) Ramsay Bolton.

En Juego de Tronos, la estrategia bélica define la estrategia audiovisual.

Y todavía más al norte, Juego de Tronos reafirma su compromiso con la tradición a la que pertenece ofreciendo a los espectadores leales aquello que llevaban esperando desde el minuto 0: el enfrentamiento con los Caminantes Blancos.

La batalla de Casa Austera (5×08) es “la batalla” de esta quinta temporada. Si en el Aguasnegras (2×09) y en el Castillo Negro (4×09), el ataque por mar y la defensa desde una posición elevada habían definido el aspecto visual, en Casa Austera es la retirada desesperada lo que define la narrativa y la fotografía del capítulo.

El realizador Miguel Sapochnick entiende muy bien el concepto: es la estrategia bélica la que define la estrategia audiovisual. Dos referentes claros: la puesta en escena de Ridley Scott en Gladiator y la vertiente épica de John Ford y Howard Hawks.

Con estos credenciales no es de extrañar que Sapochnick fuera designado como el realizador titular de los “capítulos de batallas”, y que haya sido elegido como showrunner de House of the dragon.

Destacar que El Ranchito (grupo español encargado de los efectos visuales de Stranger Things, Westworld y Vinyl, entre muchas otras producciones) ganó dos premios VES por su labor en Casa Austera.

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Casa Austera

Decía Fritz Leiber (una voz autorizada en estos asuntos; corred a vuestra librería más cercana a comprar Fafhrd y el ratonero gris) que el fantástico es “un tipo de relato cuya acción transcurre en un mundo imaginario donde la magia es eficaz y todos los hombres son poderosos, todas las mujeres bellas, todos los problemas simples y todas las vidas aventureras”.

Por otro lado, decía Fernando Savater (otra voz autorizada; corred a vuestra librería más cercana a robar La infancia recuperada) que en el relato realista la muerte siempre es el final de la historia, aunque esta no se muestre en el propio cuento.

De los axiomas de Lieber y Savater podemos concluir que la diferencia (la diferencia de esencia) entre un relato fantástico y un relato realista es la relación del humano con la muerte (con ese “monstruo del tiempo” que diría Campbell).

En el relato fantástico la muerte se encuentra sublimada, superada (de múltiples formas: la presencia de un fantasma o un muerto viviente, la existencia de dioses, el carácter del héroe). En el relato realista, la muerte lo domina y lo impregna todo.

Podemos concluir, finalmente, que la muerte y resurrección de Jon Snow (nuestro héroe solar) al final de esta quinta temporada lleva un sello inconfundible: el compromiso con la aventura fantástica.

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Juego de Tronos T5

9.7

NOTA

9.7/10

Destaca en:

  • Guion, realización, fotografía…¡todo!

Podría mejorar:

  • La trama de Daenerys se estanca. Por fortuna, la sexta temporada lo arreglará.

About Pablo Menéndez

Pablo Menéndez (Madrid, 1997) es guionista y novelista. Ha trabajado, en guion y producción, para empresas como Sony, El Corte Inglés o ATM. Como novelista ha publicado Otro mundo azul (Imagica, 2020) y La Realeza (Imagica, 2021), entre otras obras. Sigue escribiendo a diario. Opina que la mejor generación de juegos de la historia es la de PS3. Discutirá con quién sea sobre lo que sea en cualquier momento.

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