NARCOS: un repaso a su tercera temporada

Si formas parte de esa parte de la audiencia que pensaba que con el desenlace de la segunda temporada la serie Narcos no tenía sentido, enhorabuena, yo también. Pero toda buena serie merece una oportunidad en una tercera temporada, a pesar de que la frescura se haya perdido y las frases célebres ya no vayan a estar a la orden del día. Y no ha de avergonzarnos reconocer que nuestras reticencias eran infundadas, la tercera temporada está a la altura cuando tenía todo en su contra.

La serie vuelve a estar en la picota con 10 nuevos capítulos que se alimentan de hechos reales con una dramatización bien enlazada. O lo que es lo mismo, realidad y guion mezclados para que las imágenes reales casen perfectamente con la ficción.

A destacar la vuelta de Javier Peña (Pedro Pascal, mejor conocido como “Oberyn Martell”) ya que nuestro apreciado agente de la DEA regresa a Colombia para lidiar con el emergente y todopoderoso Cartel de Cali. Y como seguramente adivinaréis, con las autoridades locales poco interesadas en ayudar en nada.

Seremos testigos de otro tipo de narcotráfico, nuevos tiempos y actitudes. Que contrastarán con la forma de hacer de su predecesor, que pretendía ser figura pública y política, por lo que la curiosidad nos llevará a descubrir nuevos métodos y situaciones cotidianas de los responsables de más del 80% del tráfico de cocaína a nivel mundial.

Carisma, manipulaciones y control

Esos entresijos serán el pilar principal de los 10 capítulos que componen la nueva temporada de Narcos. Mermados por el carisma de Wagner Moura, conseguirán sobrevivir a éste con sutileza e ingenio.

Nuevas caras, interesantes interpretaciones y notables actores españoles encarnando a algunos personajes principales. ¿Quiénes? Pues sin ir más lejos tendremos a Miguel Ángel Silvestre, al que también tuvimos en Sense 8, encarnando a alguien muy vistoso dentro del entramado mafioso. Y si eso os parecía poco también estará muy presente Javier Cámara, tan acertado como siempre en su papel. No es momento de desvelar sus personajes, pero se puede afirmar sin duda que no son simples cameos.

Destacables actuaciones también de Matías Varela, cuyo personaje sostiene gran parte de la trama codeándose con el mismísimo Pedro Pascal y los capos de Cali.

Inexplicablemente, de nuevo hay algún problema en el doblaje al castellano (el de España). Podemos escuchar la voz original de Javier Cámara con acento durante algunos capítulos e inexplicablemente, ésta viene con doblaje en los últimos. La extraña mezcla de audio original y doblaje a un castellano más neutro, puede desconcertar a la audiencia con mejor oído. Pero por suerte siempre podremos regresar al sonido original o a la versión latina del mismo.

Aquí les traigo mi veredicto, hijueputas

Puede que a los que recuerden la historia la dramatización no les convenza, pero la trama consigue poner en vilo al espectador. Es cierto que el carisma queda más repartido y el elenco es mucho más coral, pero es un detalle que hace que nuestro interés no se centre en un solo individuo. Y esa magistral forma de mezclar eventos reales con situaciones adaptadas con fines dramáticos, es digna de ser disfrutada. Puede que haya perdido fuelle, como muchas series en sus temporadas más avanzadas, pero uno no perderá el interés si se deja seducir por ese turbio mundo del tráfico de drogas. Así, el resultado es muy notable.

Muchos números para pasar desapercibida, pero consigue mantener su sello de identidad cautivando al espectador. Convirtiéndolo en un testigo curioso que querrá saber qué parte es real y cuál ha sido escrita para la ocasión.

Solo queda saber si, tras algún guiño puntual, la serie de Narcos seguirá su andadura por el ámbito del narcotráfico visitando tierras mexicanas. Algo que sería un paso lógico que algunos esperamos con interés.