Quería haber puesto de subtítulo a Separación (Severance, 2024) “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”. Pero no quería banalizar, ni hacer incurrir en error sobre la nueva serie de Apple TV+. Aunque sí que pone sobre la mesa muchos temas éticos o morales, su premisa deja aparte la religión. Pensé que la serie, al avanzar despacito, acabaría tocando todos los aspectos, pero después de visualizar sus 9 capítulos, tengo claro que Separación no pretende ahondar en nada que no sea intrínsecamente humano.
¿Pero cuál es su premisa? La megacorporación Lumon realiza en sus futuros trabajadores una escisión en el cerebro para separar su parte laboral de la parte no laboral. De esta forma, cuando un trabajador se encuentra en el trabajo se le llama “dentri” (innies en inglés) y no recuerda nada de lo que ocurre en su vida fuera de ese espacio. De la misma manera, los “fueri” (outies) no recuerdan su tiempo de trabajo. Ambos se encuentran en un bucle: el primero sólo trabaja, el segundo tiene tiempo libre.
Al ser sus experiencias totalmente diferentes, sus personalidades también lo son, pese a tratarse de la misma persona. Uno de estos empleados, Mark (Adam Scott) y sus compañeros de la sección de Refinamiento de Macrodatos, Dylan (Zach Cherry), Helly (Britt Lower) e Irving (John Turturro) descubren una conspiración dentro de la compañía que les hará revolverse contra el sistema.
Cómo tratar temas adultos de forma adulta.
Ante todo, se trata de una premisa muy original. También podríamos ponerle los calificativos de extraña, equilibrada, fluida y, algo que me encanta: adulta. Estamos acostumbrados a que el cine y la televisión actual nos den todo masticadito y Separación se desarrolla lenta, pero segura, aceptando tanto sus ritmos como los nuestros. Quizás por ello no quiere incidir en el evidente poso filosófico y moral que esa premisa de separar nuestra mente en dos puede provocar, y da por hecho que el espectador querrá hablar y divagar sobre ello.
En mi caso, así ha sido. El tema del libre albedrío es algo que me fascina y no paraba de pausar la serie para plantearme cuestiones que, en la mayoría de los casos, no tenían respuesta. En otros casos, era evidente la crítica a la esclavitud que el trabajo genera en el ciudadano medio. Los problemas de estrés, las dolencias físicas… todo lo derivado de este sistema en el que estamos inmersos y que Separación trata, a veces con frialdad, otras con ironía, pero siempre con sutileza. Puedes ver el alienamiento, el adoctrinamiento, la infantilización, la opresión… y, como siempre, las miserias del ser humano.
El casting, el gran pilar de Separación.
Pero Separación, irónicamente, no es una serie en la que puedas separar unos aspectos de otros. Es una serie con un carisma discreto, aunque arrollador, en el que las actuaciones, la dirección, la fotografía, el montaje, la banda sonora y, por supuesto, la historia, se unifican de tal manera que el resultado es un producto tan incómodo como brillante.
Pero al tratarse de una serie basada en el guion, podemos detenernos un poco más en el espléndido casting que hace realidad la primera temporada de Separación. Patricia Arquette está impresionante en su doble papel de la gélida gerente Harmony Cobel y la dubitativa vecina Sra. Selving. Igual de intimidantes resultan Tramell Tillman como Seth, el supervisor, Dichen Lachman como la Sra. Casey, la consejera de bienestar o Michael Cumpsty como el jefe de seguridad Doug. Distintas formas de interpretar la incomodidad y la agresividad pasiva que no dejan a nadie indiferente.
El contrapunto lo ponen el matrimonio compuesto por Ricken y Devon (Michael Chernus y Jen Tullock) y, por supuesto, el tándem entre Christopher Walken y John Turturro.
En general, no me había documentado sobre esta serie antes de empezar a verla. Vi que encajaba con el estilo de la web (ya sabéis, ciencia ficción, distopía, thriller psicológico…) y me dije, adelante.
No he dejado de angustiarme con la atmósfera claustrofóbica, generada por esos pasillos interminables y las constantes paredes blancas, pero el resultado es que estoy encantada con un producto con tanta calidad como este. No puedo negar que los primeros capítulos me resultaron confusos. No me cabe duda de que habrá gente que la dropeará por resultarle algo lenta.
Pero es una serie que da sus frutos al que espera con paciencia y el resultado son tres últimos capítulos vertiginosos y llenos de contenido. Diría incluso que hay algunas escenas un poco surrealistas que rebajan el dramatismo general del momento, aunque sin dejar escapar el tono general, que es el de suspense. Y estoy segura de que se guarda muchos ases en la manga para la temporada 2.
Separación
Destaca en:
- Su premisa, original y bien llevada.
- Elenco de protagonistas y secundarios, estupendas actuaciones.
- Montaje, dirección, guion, todo encaja.
- Sabe crear un suspense auténtico.
Podría mejorar:
- Cuesta dejarse llevar por ella, el primer capítulo se hace denso y extraño.
- El ritmo no es para todo el mundo.
- Parece que perderán la oportunidad de todas las cuestiones especulativas.