“Ya no se hacen pelis como las de antes” es una frase que llevo oyendo toda mi vida. Mis padres la decían, yo la digo y mis hijos la dirán; sin embargo hay un lapso de tiempo de unos 15 años en el que el mundo del cine de acción, aventuras y de ciencia ficción floreció especialmente y de manera innegable independientemente de la generación que seas, regalándonos obras irrepetibles que aún hoy siguen siendo punto de referencia para el cine moderno. Estoy hablando, como no, de los 80-90, donde películas como E.T, Blade Runner, Star Wars, Willow, Indiana Jones, La Princesa Prometida, Regreso al Futuro y varias decenas más vieron la luz; una época dorada e irrepetible que se quedó grabada a fuego en las memorias y los corazones de varias generaciones.
Los 80 están de moda
Más allá de la moda de los superhéroes en el cine, hay una tendencia que está empezando a llegar, vemos el amor por lo vintage en los videojuegos, con grandes producciones con sabor retro, en los libros, con betsellers como Ready Player One y ahora en la TV con producciones como Stranger Things. Los 80 han vuelto amigos, sacad vuestro walkman, las cintas de Mecano y preparaos un bocadillo de mantequilla con azúcar.
Si pudiera elegir como ver Stranger Things sería en una televisión de tubo de 24 pulgadas, en mi viejo sofá y en calidad VHS, ya que es lo único que le falta a la serie para hacerme retroceder hasta mi niñez. Pero tranquilos, porque hay mucho más en Stranger Things que una cantidad desorbitada de referencias y guiños al cine de los 80; resulta que además es una muy buena serie.
Algo raro pasa en Hawkings
Y es que en este pequeño pueblo de EEUU empiezan a pasar cosas extrañas; todo empieza con la desaparición del pequeño Will Byers (Noah Schnapp) y un extraño accidente en un laboratorio cercano con una niña involucrada (Millie Bobby Brown). A partir de ese momento, sus amigos del colegio Mike (Finn Wolfhard), Dustin (Gaten Matarazzo) y Lucas (Caleb McLaughlin) comenzarán una peligrosa investigación en busca de su amigo que los llevará a descubrir un misterio que superará todas sus fantasías. Asimismo, Joyce, la madre de Mike, interpretada por Winona Ryder (magnífica en su papel), junto al comisario Hopper (David Harbour) emprenderán por su parte su propia búsqueda de la verdad, lo que desembocará en los dos grandes arcos argumentales entre los que va saltando la trama. También tendremos, cómo no, nuestro triángulo amoroso, líos de instituto y un montón de escenas que parecen sacadas de un monólogo de Goyo Jiménez.
No se puede negar que a grandes rasgos Stranger Things es un thriller de fantasía y ciencia ficción por encima de cualquier otra cosa, en la que las escenas cercanas al terror abundan, un terror que mezcla lo mejor del cine contemporáneo con ese miedo, más visceral, del cine de los 80. Siendo así, no es de extrañar que las referencias al cine de miedo de la época sean constantes, en unas ocasiones más sutiles que en otras pero en definitiva lo suficientemente evidentes como para que demos buena cuenta de esos guiños a clásicos como Los Goonies, Alien, Encuentros en la tercera fase, Pesadilla en Elm Street… y una docena más.
Si he de decir algo malo de Stranger Things es que la trama no se desarrolla al ritmo que debería, lo que nos da la sensación de que todo se podría haber resuelto en 6 episodios, también se le saca poco partido a todo el imaginario fantástico creado para la serie, además de dejar demasiados cabos sueltos por aquí y por allá, quizá Matt y Ross Duffer, los productores y guionistas, se guardaron demasiados ases en la manga para una posible segunda temporada, dejando estos primeros 8 episodios con una conclusión sólo parcialmente satisfactoria.
Sin embargo todo esto no logra empañar la magnífica calidad de Stranger Things, una serie rodada con verdadero mimo y devoción, no solo por el cine de los 80, sino por la fantasía, la ciencia ficción y las buenas historias en general. No es de extrañar que, siendo un amante como soy de la época del Equipo A, de los Walkman, de la Master System y de los foskitos, Stranger Things haya pasado de un plumazo a ocupar un puesto en mi TOP 10 de series favoritas.
Stranger Things es una de esas series que está dando mucho que hablar, y que apuesto lo que queráis a que seguirá haciéndolo, al menos un par de años más. 8 episodios que posiblemente veréis de una sentada y que os dejarán con ganas de más, Stranger Things no sólo es la sorpresa de la temporada, sino también una serie que no podéis dejar escapar, una de esas que atrapan de principio a fin y que nos sumergen en la trama junto con sus personajes y su mundo, que os transportará a otro tiempo donde, aunque habitará un monstruo debajo de nuestra cama, todo era mucho más fácil.
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