Parece mentira pero ya llevamos un mes sumergidos en este nuevo año, y aun así ha resultado ser tiempo más que suficiente para que la cultura seriefila se haya permitido emocionarnos con una nueva producción audiovisual. Por supuesto hablamos de Taboo, la nueva apuesta de HBO para este 2017 y cuya review nos ocupa hoy.
Antes de empezar es importante resaltar que, por el momento, la serie apenas cuenta con 5 capítulos y se encuentra en emisión, por lo que el artículo se centrará en exponer cuales han sido mis primeras impresiones al respecto, de forma que os ayude a decidir si Taboo merece o no vuestro tiempo.
Taboo se nos presenta como una miniserie de 8 capítulos ambientada en 1814, protagonizada por Tom Hardy y Oona Chaplin, creada por el mismo Tom Hardy y Steven Knight y dirigida por éste último así como por Kristoffer Nyholm y Anders Engstrom y, sí, producida por el mismísimo Ridley Scott.
La historia se centra en el personaje de James Delaney (Tom Hardy) un hombre que dejó su Londres natal para realizar un peligroso viaje a África y al que todos daban por muerto hasta su repentino regreso a Inglaterra. James vuelve para asistir al funeral de su padre y atender ciertos asuntos pendientes, pero su regreso está cargado de misticismo y su figura despierta rumores e historias allí donde aparece, una situación que se ve reforzada por su extraño y perturbador comportamiento.
El caso es que James es un hombre de acción y no tarda en enzarzarse en una complicada disputa sobre un pedazo de terreno que heredó de su padre, lo que le llevará a ser parte de un peligroso juego a tres bandas entre la Honorable compañía de las Indias Orientales, los Estados Unidos de América y la Corona británica.
A primera vista puede que la trama os parezca un tostón lleno de intrigas y secretos políticos, pero lo cierto es que la historia consigue ser muy más ligera apoyada en gran medida en los personajes y su desarrollo. Y es que en Taboo el guion avanza con calma, tomándose su tiempo, pero nunca nos muestra nada intrascendente o innecesario, añadiendo cada escena algo de valor al lore de la obra, mostrándonos la personalidad y motivaciones de los personajes a cada paso que dan, siendo James Dalaney el más destacable de todos y sobre el que más carga argumental se deposita.
Así, James Delaney es el gran protagonista de Taboo, de eso no hay duda. El personaje interpretado por Tom Hardy resulta, a primera vista, uno de los más atractivos con los que he tenido el placer de encontrarme y el aura de misterio y mal rollismo que le rodean resultan tremendamente llamativos, siendo uno de los mayores méritos de la serie la aproximación tan acertada que realiza hacia el personaje, no contándonos casi de nada de su pasado y dejándonos imaginar los truculentos sucesos que lo han conducido a su posición actual y convirtiéndonos de esta forma en algo similar al resto de personajes que se preguntan de dónde demonios ha salido este loco.
Sí, Delaney es un loco de esos que no resulta fácil olvidar, pero no porque su locura sea llamativa o demasiado evidente como para salir corriendo en cuanto lo ves sino por todo lo contrario. Y es que la apariencia de James es la de un tipo calmado y reflexivo y que siempre parece tener el control de la situación pero al que se le puede ir la pinza por completo en cualquier momento. James es una bomba a punto de estallar y Tom Hardy consigue plasmarlo a la perfección con una interpretación brillante, logrando transmitir muchísimo con tan solo una mirada silenciosa y un par de frases cortas y escuetas.
Si dejamos de lado a Delaney nos encontraremos con una selección de personajes secundarios excelente (Michael Kelly, Leo Bill, Jessi Buckley, Mark Gatiss, Stepehn Graham, Jefferson Hall o nuestro querido Jonathan Pryce) con interpretaciones que, si bien no están a la altura de Tom Hardy, sí que están a un gran nivel, muy por encima de la media. Oona Chaplin es, probablemente, la que realiza una de las mejores actuaciones al dar vida a Zilpha Geary, la medio-hermana de James, un personaje que resulta terriblemente interesante pero que aún no cuenta con suficiente peso en la trama como para resultar memorable; veremos qué es capaz de hacer en los próximos episodios.
En cuanto al apartado técnico, Taboo destaca por su estupendo trabajo de fotografía, con planos que se adaptan a la perfección al contexto del guion y con una paleta de colores generalmente gris y depresiva que en ocasiones recuerda a Penny Dreadful o incluso a Peaky Blinders, series con las que comparte ambientación, quizás en exceso.
El apartado sonoro es algo más discreto, es obra del compositor Max Richter, siendo el tema de la intro perfectamente reconocible pero no contando con otras melodías memorables, siendo una serie que utiliza la música como apoyo pero sin darle excesivo protagonismo.
En conclusión, y aún llevando tan solo 5 capítulos ya se puede afirmar que merece la pena sumergirse de lleno en la oscura ciudad de Londres de Taboo, sobre todo si os gustan las series ligeramente góticas, con ambientación oscura y personajes misteriosos. Puede que aún la trama no acabe de despegar del todo pero esta más que claro que la obra se está cociendo a fuego lento para afianzar su universo y que aún tiene mucho por mostrar, cosa que debe hacer para ganarse un hueco entre las grandes series del momento, aunque el excelente personaje de James Delaney debería ser suficiente reclamo para darle una oportunidad a una obra calmada y misteriosa que se toma su tiempo para llegar a su destino, dándole tanta importancia al recorrido como al final del trayecto.
Taboo
Destaca en:
- La trama es lenta pero no resulta aburrida o pesada en ningún momento.
- James Delaney es un personaje memorable que despierta un gran interés en el espectador.
- El apartado técnico es impecable.
- Las actuaciones son excelentes.
Podría mejorar:
- La trama aun no ha mostrado todas su cartas...y son 8 capítulos
- Personajes como Zilpha Geary necesitan más peso en la trama
4 Comentarios
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