A estas alturas de la serie poco me importa que no esté siguiendo ni mínimamente el cómic. Después del final de Dark y de la espantosa The Umbrella Academy había que quitarse el mal sabor de boca con algo potente. Y ha costado, que un capítulo semanal es algo a lo que ya me había desacostumbrado, pero he tenido paciencia y Amazon me ha recompensado con una segunda temporada de The Boys a la altura de las expectativas.
Como siempre, no hago spoilers, pero eso no impide hablar de esta temporada ya que, en términos de personajes, guion, locura y actos macabros sigue a la primera temporada (por favor, leer la crítica sin spoilers de la 1ª T) aumentando las acciones imprevisibles de forma continua en lo que acaba siendo un sin vivir para el pobre espectador: no será capaz de relajarse porque nadie en pantalla está libre de ser el siguiente en morir.
No es algo a lo que no nos tuviera ya acostumbrado Juego de Tronos, pero en The Boys las muertes son violentas, rápidas, casi podría decir que originales, y se suceden como quien coge un alfiler y se pone a reventar globos de helio.
El caso es que toda la ola de violencia y humor negro de la que estaba impregnada la primera temporada de The Boys continúa y aumenta en esta segunda temporada, pero sin empañar el verdadero objetivo de la serie, que no es el caos por el caos, ni muestra violencia gratuita para jolgorio de los amantes del gore. No, la serie quiere dejar patente que el verdadero enemigo de los EEUU es el miedo.
El miedo es el tema principal de esta segunda parte de The Boys y la razón del argumento principal. No se olvida de las tramas secundarias que dejó abiertas en la primera parte y maneja con soltura las apariciones de todos los personajes secundarios (Antony Starr, Dominique McElligot, Erin Moriarty, Chace Crawford, Jack Quaid, Tomer Kapon, Karl Urban, etc), incluidos los nuevos (Shawn Ashmore, Jessica Hecht o Aya Cash), pero no se olvida de que metió a esta última (Stormfront) para enredar la trama con resultados espectaculares tanto para la evolución de otros personajes como para la historia principal: la creación de más superhéroes, su presencia en las fuerzas armadas, el peligro que supone dejar en manos de ignorantes las decisiones y en manos de sociópatas la ejecución de esas decisiones….
Todo es un tema para la reflexión. La venganza sigue estando presente, es uno de los sustentos sobre los que se mueven muchos personajes y sí, algunos confían todavía en la justicia y mueven sus acciones en pro de lo que creen honesto; pero la realidad es que el miedo, unido a una hábil manipulación (la de toda la vida, la de los medios de comunicación mezclada con los intereses económicos) hace que The Boys pase a ser una ficción…de algo muy real. Algo que vivimos hoy en día en nuestra sociedad.
Ya lo comenté en el análisis de la primera temporada, todo nos va a sonar muy cercano y más teniendo a Donald Trump como presidente actual de EEUU con sus políticas belicistas y pro-americanas a tope. Pero la segunda temporada de The Boys insiste en lo peligroso de no pensar por uno mismo y dejarse llevar por el miedo para actuar impulsivamente. De hecho, durante los dos primeros minutos del penúltimo capítulo de esta temporada los guionistas se lucieron para presentarnos esta situación y pensamiento resumida en el personaje de Tommy Peterson (Charley Koontz) en donde, cual camino hacia el Lado Oscuro, ves cómo los ciudadanos pasan del recelo al asco, luego al rechazo, al miedo y finalmente al odio.
The Boys no es sólo una historia entretenida de superhéroes, secretos y conspiraciones. Tampoco es solamente la historia de personajes rotos. Ahora también es la historia del ascenso de los fascismos, de cómo comienzan las guerras, del origen de la escalada del odio que enfrenta a quienes ayer eran amigos y, ante todo, de cómo la Historia se repite. No, no hace falta mostrarnos la situación actual entre Rusia y EEUU, ni acudir al pasado Holocausto, ni fijarnos en las guerras en Oriente Medio. Basta una adaptación del cómic de Garth Ennis a la pequeña pantalla para que cualquiera pueda pensar “si es que somos gilipollas”. Ojalá alguien también, aparte de reírse y flipar bastante y desear que llegue la tercera temporada ya confirmada, piense también “yo esto no quiero que pase, si permitimos esto, el mundo se va a la mierda y el ser humano con él”.
The Boys
Destaca en:
- Continuista con la primera temporada. Si te gustó una, te gustará la otra.
- Los personajes siguen desarrollándose y siendo interesantes.
- La violencia al servicio del argumento, y no al revés.
- El ritmo, muy adecuado.
Podría mejorar:
- Es una serie muy visual, su punto fuerte no son las conversaciones.