La casa de papel quiere posicionarse como una serie muy humana, y hace gala de ello a través de decisiones y actos impetuosos y/o a menudo irracionales que harán que el público dude de la calidad de la serie. No obstante, su factura técnica, su equipo interpretativo y su mezcla de acción y suspense, así como la inclusión de rasgos de carácter muy españoles la elevan a una de las mejores series del momento.