Hay dos maneras de entender Joypolis; como un parque de atracciones venido a menos, o como unos recreativos venidos a más, y aunque Sega nos quiere vender lo primero, la verdad está mucho más cerca de lo segundo, aunque no precisamente por su extensión, ya que el espacio que ocupa Joypolis es bastante generoso, siendo poco menos de la mitad del centro comercial repartido en tres alturas.