FAR CRY 4: acción rural, malos horteras y mucho napalm

¿Qué pasaría si Félix Rodríguez de la fuente, “El Koala” y “Rambo” se marcasen un ménage á trois? Pues ni más ni menos que “Far Cry 4“. Y es que lo que nos presenta el título de Ubisoft, últimamente tan odiada y amada a partes iguales, es ni más ni menos que eso;  un paseo por el monte, recogiendo flores, cazando, observando la fauna, y acechando enemigos cual leopardo entre la maleza, para, acto seguido degollarles cruelmente desatando la violencia y la sangrienta furia asesina que llevamos dentro. Para nuestro protagonista no hay nada en este mundo más importante que esparcir las cenizas de su difunta madre EXACTAMENTE donde ella le dijo que lo hiciera en sus últimas voluntades, aunque cuando llegue ahí esté montada la de “San Quintín” con una guerra civil entre un rey afeminado y un puñado de hippies drogatas.

Pero pongámonos en situación: encarnamos a Ajay Ghale, un joven que llega a Kyrat (una región del Tíbet) para esparcir las cenizas de su difunta madre. El bus en el que vamos es interceptado por Pagan Min, el autoproclamado Rey de Kyrat, quien nos rapta y nos lleva a su casa para explicarnos que era amante de nuestra madre y que te quiere como a un hijo. Aquí, cualquier chaval inteligente le habría pedido al bueno de Pagan que le acercase al lugar indicado en su flamante helicóptero para esparcir las cenizas y después poner pies en polvorosa de nuevo fuera de ese nido de víboras que es Kyrat. Pero la pobre madre de Ajay dio a luz a un niño tonto, y las hormonas, la edad del pavo y demasiados capítulos de Xena han hecho estragos en el pobre Ajay, que se acaba escapando para al poco ser rescatado por la resistencia, que le revela que su padre era el autentico y verdadero líder de la liberación de Kyrat, ¡Toma ya!.

Así que Ajay pasa de melancólico y bucólico turista a liberador del pueblo y símbolo de la rebelión cual Sinsajo en un abrir y cerrar de ojos; te ponen un arco en la mano y echas a correr como si te hubieras criado desde niño en la jodida estepa.

Incoherencias argumentales aparte, “Far Cry 4” es genial. Ubisoft ha sabido repetir la fórmula que lo llevó al éxito con la tercera parte, quizás con pocas novedades, pero si con una ejecución intachable, agregando las tres cositas que le faltaban al demasiado horizontal “Far Cry 3” para hacer de su secuela un producto quizás un poco continuista, pero muy satisfactorio.

Las mecánicas siguen siendo las mismas: sandbox en primera persona ambientado en un entorno natural, sin scripts, que nos permiten afrontar las misiones de diferentes maneras y con diferentes resultados, aunque como siempre dando prioridad a un estilo de juego “depredador” que nos obliga a mezclar momentos de sigilo con ejecuciones precisas y rápidas; muy, muy divertido.

En el apartado técnico “Far Cry 4” funciona a las mil maravillas, con un framerate que se mantiene estoico como una roca en unos más que agradables 30fps, unos efectos de postprocesado muy buenos y una vegetación viva, veraz y tremendamente frondosa. La inteligencia artificial también funciona de manera satisfactoria, haciendo que algunas situaciones se vuelvan verdaderamente impredecibles, sobre todo cuando hay animales de por medio, fuego y enemigos humanos; en estos casos, solamente quedarse mirando ya es un espectáculo.

Como buen sandbox “Far Cry 4” nos ofrece un más que generoso número de actividades paralelas que llevar a cabo, desde la caza de multitud de especies animales (premiando el sigilo de nuevo), hasta carreras en diferentes vehículos, pasando por escaladas de “atalayas” , liberación de campamentos, recoger distintos tipos de coleccionables, misiones de asesinato… llega un momento en el que el mapa está tan lleno de cosas por hacer que agobia.

Es posible que donde el juego cojee más, aparte de su incoherente (aunque entretenida) historia, sea en su sistema económico. No entiendo muy bien como Kyrat es una región pobre si en cada puñetero cofre me encuentro con miles de rupias, y hay un puñetero cofre en cada puñetero rincón de la puñetera estepa. Así que en un par de horas serás un magnate de la India y dispondrás de todo lo que el dinero pueda comprar en el juego, lo que ayuda a romper un poco más la ya de por sí poco sostenible coherencia de la historia y su trasfondo.

En el apartado multijugador Ubisoft ha incluido esta vez un modo cooperativo para todas las misiones secundarias del juego (las misiones principales siguen siendo exclusivamente de un jugador) en las que te podrás unir a un amiguete para ir completando las múltiples propuestas del juego, o simplemente correr por el monte haciendo la croqueta, siendo aniquilado por los rinocerontes y echándote unas buenas risas, que nunca están de más.

En definitiva, sentimos que “Far Cry 4” podría haber sido un poquito más ambicioso en todos sus apartados (menos en contenido, que ya va sobrado, ole por Ubi), pues tanto su mecánica, como sus gráficos y la propuesta en general no evolucionan demasiado con respecto a la anterior entrega, pero como juego hay que decir que es una experiencia tremendamente divertida, larga y agradecida de jugar, una compra muy recomendable, sin duda.

(8,5 / 10)