Corría el año 2002 cuando Square traía a Europa su más reciente capítulo de la laureada saga de juegos de rol, Final Fantasy X. Alabado por la crítica de manera prácticamente unánime, el juego dirigido por Hironobu Sakaguchi, que tenía en su haber obras como los míticos Final Fantasy VII y Chrono Trigger, rompía barreras en lo técnico con una PS2 que empezaba a mostrar su potencial. También suponía un antes y un después en el apartado artístico y en lo jugable, mostrando por primera vez un RPG de corte Japonés completamente en 3D, con voces y cinemáticas generadas a tiempo real. Cabía destacar por encima de todo los rostros de los personajes que, junto con el mítico Shenmue de Dreamcast, suponían lo mejor que se había visto nunca en videojuegos en esta materia.
Casi 15 años han tenido que pasar para que Square Enix, ahora bautizada como reina de los refritos y las conversiones, se decidiese a traernos una versión remozada y en HD de su último GRAN Final Fantasy, la culminación de una saga que a partir de su décimo capítulo ha ido dando tumbos de aquí para allá, sin rumbo fijo y a veces divagando demasiado, tal y como podéis leer en nuestra retrospectiva de FFXIII.
He de admitir que, pese a que ya he jugado varias veces el décimo capítulo de esta saga en su original de PS2, me volví a emocionar una vez más cuando en mi PSVita sonaba el mítico y ahora remozado tema “To Zanarkand” con ese estupendo y dramático prólogo que nos ofrece el juego en sus primeros compases.
Para los viejos usuarios como el bloguero que suscribe, revivir “Final Fantasy X” con su nuevo y mejorado aspecto y al 100% de su velocidad (a los usuarios españoles de PS2 nos llegó una versión PAL mal convertida que funcionaba más lento y a menos definición que la original) es sin duda una experiencia muy gratificante, puesto que, si bien en lo técnico al juego hoy por hoy se le ven las costuras más de la cuenta (10 años no pasan en balde para nadie, y menos en cuestión de videojuegos) en lo jugable sigue siendo esa experiencia que viví y disfrute al máximo riendo y llorando junto con los protagonistas cuando tenía más pelo en la cabeza y menos prejuicios.
Aún en HD y con sustanciales mejoras en todos sus apartados, mención especial para la música, ya de por sí excelente, hay detalles que nos recuerdan que estamos delante de un juego de hace una década; El modelado 3D, texturas y animaciones robóticas que tan desapercibidas pasaban en su época, pero que hoy por hoy son imposibles de pasar por alto, siguen ahí. Sin embargo, en cuanto pasamos un par de horas en compañía de Tidus, Yuna, Wakka y los demás componentes del reparto la inmersión del juego nos hace olvidar todos estos detalles y nos sumerge en su historia y sus mecánicas atrapándonos en el mundo de Spira hasta su apoteósico final.
Hoy en día la palabra gamer está en boca de todos, según mi criterio se utiliza con demasiada soltura, parece que cualquiera que se eche unos tiros a “Call Of Duty” o haya disfrutado de un”God Of War” ya es un gamer; pero chicos, nada más lejos de la realidad: ser un gamer implica montarse en el metro de los videojuegos y recorrer toda la línea parada tras parada, ganando experiencia y perspectiva hasta tener una visión de conjunto. Creedme cuando os digo que “Final Fantasy X” es una de esas paradas obligatorias, para todo gamer, así que si aún no lo habéis jugado no dejéis pasar esta oportunidad de revivir una de las piezas más importantes de la breve pero intensa historia del videojuego.
(8 / 10)