Cuando una generación de consolas empieza a llegar a su fin es cuando empezamos a coger verdadera perspectiva de lo que nos ha dejado y de los avances (o retrocesos) que ha supuesto para la industria y su público.

Ahora en la distancia, es fácil ver que Ps3 y 360 no han sido las consolas mejor nutridas de JRPGs; esto es debido claramente a la occidentalización de su producto y al inexplicable declive que han sufrido los desarrollos nipones en los últimos años.

Japon, uno de los enclaves de referencia en cuanto al desarrollo de videojuegos, no ha sabido adaptarse a la generación del HD, quedándose muy anclada en la tecnología que tan bien desarrolló para PlayStation2. Las desarrolladoras del país nipón han derivado gran parte de sus productos a consolas con un hardware parecido al de la 128 bits de Sony, como portátiles, móviles o Wii, la sobremesa de Nintendo. A causa de esto, Ps3 y Xbox360 han sufrido una importante ausencia de grandes títulos de rol japones durante todo su ciclo de vida. Los que se han atrevido a asomar la cabeza por estas consolas han sido tímidas producciones de bajo o medio presupuesto que en raras ocasiones han sabido captar la atención del aficionado.

Sin embargo sí que ha habido un puñado de JRPGs de alto presupuesto que han aparecido con mas o menos éxito en las sobremesas de Sony y Microsoft, como el caso de la saga Final Fantasy de SquareEnix, que ha contado con cuatro juegos en la actual generación (uno de ellos online). Hoy vamos a hacer una pequeña retrospectiva de lo que han supuesto y de como se ven ahora en la distancia los tres juegos que engloban la trilogía del polémico Final Fantasy 13; veamos qué hay de cierto y de falso en todo lo que se habla sobre él:

FINAL FANTASY XIII

La decimotercera entrega de la archiconocida saga de Square aterrizó por estas tierras el 9 de marzo del 2010, precedida por un hype tremendo, tal y como siempre ha sido cuando se trata de uno de los episodios oficiales numerados de la saga. Las primeras reviews de la prensa especializada no daban buenos augurios: tachaban al juego de excesivamente lineal, con un sistema de combate excesivamente automático y lo peor de todo, la ausencia total de pueblos o ciudades, que significaran una pausa dentro del desarrollo avanza-sube nivel-boss-avanza del juego. Sin embargo el apartado técnico estaba totalmente a la altura de las circunstancias, con unas cinemáticas que quitaban el hipo (marca de la casa), un diseño artístico que rozaba la excelencia  y las melodías de Nobuo Uematsu, compositor habitual de la saga que volvía a deleitarnos con unos temas memorables.

La reacción de los aficionados no se hizo esperar, dividiéndose entre detractores y defensores del título, el primer grupo se impuso consiguiendo que la mala fama se apoderara del decimotercero episodio de la saga, que aún así cosechó unas ventas más que decentes a lo largo de todo el globo.

Han pasado cuatro años desde aquello y ha llovido bastante, las aguas se han calmado y ahora, con un poco de perspectiva es más sencillo ver las cosas claras; Final fantasy 13 bebía directamente del tipo de desarrollo y estilo de Final Fantasy X, el episodio mejor valorado de Ps2 y uno de los más queridos por los aficionados. Es curioso como los dos juegos, desarrollándose prácticamente igual, sin un mapamundi y con un mapeado completamente lineal, han supuesto unas impresiones tan diferentes entre los usuarios. Es bien cierto que FFX sí que tenía bastantes pueblos o ciudades que pausaban la acción, pero la esencia misma del juego es clavada a la de su sucesor espiritual.

Quizás tenemos que ahondar en el argumento de los juegos para encontrar la razón; Sin duda el argumento de FFX es más sencillo de entender, contiene mas clichés y esta mejor llevado que el de FFXIII, que es demasiado complejo y rompe con muchos estándares en este tipo de historias, creando sensación de rechazo a los más puristas del género. Sin embargo no podemos negar que FFXIII es uno de los juegos de la saga donde la evolución de los personajes es mas notable; los personajes crecen, maduran y modifican sus opiniones y creencias a lo largo del desarrollo de la historia. Historia que por otro lado se torna demasiado compleja y exige otro tipo de narrativa para ser entendida por todos.

A día de hoy FFXII sigue siendo un gran JRPG, de los mejores de la generación; sin embargo, a la hora de ponerse delante de él hay que tener un par de cosas bien claras: la primera es que absolutamente todo el juego se mueve por y para la historia. Recorremos una serie de caminos, mientras las cinemáticas se suceden y hacen avanzar el argumento del juego, convirtiéndonos en espectadores de un “anime” que, por otro lado, es excelente. La segunda cosa a tener en cuenta es el sistema de combate, basado totalmente en formaciones y dejando a un lado los comandos, que sólo usaremos en ocasiones puntuales. Toda la estrategia de los combates se basa en un desarrollo correcto de los personajes y en saber cambiar de formación en los momentos precisos; esto puede chocar a más de uno, acostumbrado a los sistemas tradicionales.

Final Fantasy 13 sigue siendo un juego completamente recomendable para los amantes del JRPG, una parada fija si somos habituales de la serie y un juego a tener en cuenta si nos gustan las buenas historias.

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