Cuando jugué a Furi por primera vez no estaba en absoluto preparado para lo que me esperaba; el vibrante título de acción desarrollado por The Game Bakers no necesita más que una escueta y atractiva presentación para lanzar al jugador derecho al enfrentamiento con su primer jefe y, si bien el demente despliegue epiléptico de ataques y proyectiles que “La cadena” (sí, así se llama) exhala sin piedad sobre nosotros puede parecer un comienzo excesivamente complicado, creedme cuando os digo lo siguiente: no es más que el tutorial.
Furi, para el que no le suene de nada, salió a la venta en 2016 para PC, PS4 y XboxOne (y también para Nintendo Switch en Enero de este mismo año) y se trata de un peculiar juego de acción de vista cenital que nos pone en la piel de un misterioso y estoico “tío guay” de esos que matan mucho y hablan poco y que, por razones desconocidas, se encuentra cautivo en una moderna super-prisión-de-la-leche diseñada específicamente para mantener a raya a tipos tan chungos como nuestro introvertido protagonista.
Nuestra misión, por supuesto, será escapar de la prisión acabando con cada uno de los 10 carceleros que se interponen entre nosotros y nuestra libertad y, si bien esto podría parecer el típico preludio para una aventura cargada de acción, esbirros y uno de esos árboles de habilidades tan cuquis que tanto nos gustan, lo cierto es que Furi decide salirse un poquito de la norma y dejarse de preliminares para mandarnos directamente a por los jefes; así, a pelo.
Y es que Furi no es otra cosa que un “boss rush”, término utilizado para referirnos a ciertos videojuegos en los que (normalmente como contenido extra) podemos enfrentarnos a todos sus jefes uno detrás de otro y que aquí (y un poco como pasaba con Shadow of the collossus) se convierte en la base sobre la que se construye toda la experiencia jugable.
Experiencia jugable que, afortunadamente, funciona a la perfección y que propone unos combates tan duros como adictivos en el que nuestros reflejos son clave si queremos salir victoriosos.
Por suerte, el sistema de combate de Furi está a la altura del desafío al que nos enfrentamos y sorprende que, con apenas 4 botones y los dos joysticks, sea capaz de conseguir dar vida a unos combates sencillos pero con mucha profundidad y variedad.
Y digo lo de variedad porque las peleas del juego cambian enormemente dependiendo de si estamos combatiendo a distancia o cuerpo a cuerpo. En el primer caso, el título se controlará como si de un “twin sitcks” se tratase (nos movemos con un stick, disparamos con otro), teniendo que enfrentarnos a auténticas secciones de “bullet hell” en los que deberemos esquivar decenas de proyectiles y ondas de energía a la vez que nosotros mismos acribillamos al jefe con nuestros disparos, mientras que, para luchar a corta distancia, nuestro protagonista recurrirá a su afilada katana y a unas mecánicas de bloqueo algo puñeteras para librar refriegas mucho más cercanas a los “hack’n slash” que a los juegos de disparos.
Pero, espera ¡aún hay más! Y es que para derrotar a los jefes de Furi no basta con reducir a cero su barra de salud, ya que cada uno de ellos cuentan con varias barras que, a medida que vayamos vaciando, irán modificando drásticamente los ataques y características del enemigo, siendo cada ronda en sí misma un pequeño “miniboss” con el que tenemos que acabar para pasar al siguiente.
Si a esto le añadimos que nosotros también contamos con varias barras de salud (hasta 3) y que recuperamos una cada vez que acabamos con la de un adversario el resultado son unos combates en los que nada está decidido hasta el final y se obliga al jugador a estar alerta si quiere superar la batalla con éxito. Un buen ejemplo de cómo funciona esto es el sistema de bloqueos, realmente exigente al principio y que se basa en el sencillo principio de bloquear cuando el arma del enemigo brille lo que, de hacerse correctamente, proporciona una buena cantidad de salud al jugador.
Por supuesto, la cosa no es tan sencilla y con tantos proyectiles y estímulos en pantalla es muy fácil distraerse y no reaccionar a tiempo ante un acercamiento repentino de nuestro rival por lo que, si por ejemplo tenemos poco vida, nos tocará decidir entre mantenernos en movimiento y rezar por no chocar con un disparo o si, por el contrario, nos arriesgamos a recibir un golpe cuerpo a cuerpo para intentar conseguir algo de salud extra.
Pero no todo son combates y lo cierto es que, si bien al principio puede parecer que la historia de Furi esta ahí de adorno y como mera justificación para batirnos con los jefes, lo cierto es que acaba sorprendiendo, gracias, en parte, a un final genial que nos pilla por sorpresa y a ese misterioso narrador y compañero con orejas de conejo que, de alguna manera, parece haber orquestado nuestra fuga y que nos va dando información a cuentagotas durante los “paseítos” que damos para ir de un jefe a otro (que además son la parte más floja del título).
El otro gran protagonista de Furi es su apartado visual, que abraza un estética futurista que mezcla tecnología con tradición y que, si bien se deja notar en los escenarios, donde realmente destaca es en el diseño de personajes que, gracias al ingenio de Takashi Okazaki (el “figura” detrás de Afro Samurai), desprenden tanto originalidad como estilo y algunos los recordareis mucho después de haber terminado el título (el aborigen musical con poderes temporales es un puntazo).
Sin embargo es su banda sonora lo que más aporta a la personalidad de Furi que, compuesta por temas de música electrónica salidos de artistas como Carpenter Brut, supone el “background” perfecto para nuestros demenciales duelos de pistolas y espadas.
Conclusión:
¿Qué dice la prensa?
En este caso las reviews de la prensa estaban disponibles entre 1 día antes del lanzamiento del juego y el mismo día de lanzamiento del juego.
Furi tiene un promedio de 7.7 en Metacritic otorgado por la prensa y un 7.6 otorgado por los usuarios.
Prensa nacional:
Meristation: 7.5
3DJuegos: 7.5
Vandal: 8.0
Prensa internacional:
IGN: 6.8
Edge Magazine: 7.6
Destructoid: 7.5
¿Qué dice Generación Friki?
Así, Furi se descubre como una pequeña joya en bruto para los amantes de la acción arcade y los buenos desafíos que, además, sorprende con una estupenda historia y un apartado artístico cargado de personalidad que resulta difícil de olvidar. Quizás lo único que se le puede reprochar son esos largos paseos entre jefe y jefe que bien se podrían haber resuelto con una cinemática aunque, por otra parte y tratándose de un juego tan frenético… ¿no deberíamos intentar disfrutar de la calma que precede a la tempestad?