Muchos recordareis la aparición del primer Gravity Rush en la, ya difunta, PS Vita allá por el 2012. No fue un título que hiciese mucho ruido, pero lo original de su propuesta, sumado a la calidad y el cariño que rezumaba el título lo han terminado convirtiendo en casi un juego de culto. No en vano fue dirigido por Keiichiro Toyama y escrito por Naoko Sato, padres del primer Silent Hill y de los Siren.
Casi 5 años hemos tenido que esperar para poder volver a reunirnos con Kat y Dusty (el gato cósmico ese tan chulo) y averiguar cómo continuaba la historia de la chica con poderes gravitatorios.
Para los que no tengáis ni idea de qué va la cosa, basta con decir que en el primer juego Kat se nos presenta como una chica muy maja que un buen día se despierta por ahí tirada en la extraña ciudad de Hekseville, con el inconveniente de que no tiene ni idea de quién es ni de donde está (¿Os suena que alguna serie haga eso mismo?) y con un simpático gato llamado Dusty que la sigue a todas partes y que parece estar compuesto de estrellas y nebulosas. Pues bueno, resulta que Dusty parece proporcionarle a Kat poderes que le permiten controlar la gravedad, cosa que, como cabría esperar, la meterá en un montón de problemas y situaciones complicadas.
La importancia de un buen argumento
El segundo juego arranca poco después de los eventos del primero (podemos enterarnos de qué ha pasado entre ambos gracias a un episodio anime de 17 minutos de duración). Kat ha sido arrastrada por una tormenta de gravedad que la ha separado tanto de sus amigos como de Dusty, por lo que tampoco dispone de sus poderes para alterar la gravedad.
El caso es que la tormenta lleva a Kat a un asentamiento minero cerca de la ciudad de Jirga Para Lhao, la nueva localización del juego y donde pasaremos la inmensa mayoría de la historia principal.
Gravity Rush 2 es un juego en el que el argumento resulta algo muy importante por lo que no desvelaré nada más para no estropearos ninguna sorpresa salvo que, obviamente, Kat recuperará sus poderes y se meterá en otro montón de problemas en la ciudad flotante (sí, en este juego todo flota).
Como veis el argumento no parece nada del otro mundo, pero hay que admitir que su simpleza y buen rollismo general acaban jugando en su favor. Gravity Rush 2 es un juego, por lo general, muy alegre y amable y que de vez en cuando consigue ponerte una sonrisa en los labios con su humor tan sencillo y amigable. Por eso puede resultar muy sencillo perderse en su simpleza y no apreciar unos matices que, a pesar de ser especialmente profundos, están ahí y no pueden ser ignorados.
El mejor ejemplo de esto es con los personajes, muy sencillos y casi infantiles al principio, pero con una profundidad y unos conflictos que se van desarrollando a medida que la historia avanza y que nos permiten empatizar con ellos de forma mucho más sencilla de lo que parece a primera vista. Vale, no estamos hablando de un desarrollo de personajes espectacular, pero sí que se agradece a JapanStudio que trate a sus protagonistas y secundarios con algo de dignidad y profundice en ellos lo suficiente como para que no se queden en algo anecdótico.
Y hablando de los personajes, hay que destacar la fuerte presencia de personajes femeninos en la obra, siendo estos los principales protagonistas y antagonistas de la misma. Es una pena que sea algo que haya que destacar pero viendo el papel tan descafeinado al que muchas obras de ficción relegan a los personajes femeninos es algo que creo que merece la pena resaltar.
Mecánicas
Pero dejemos el argumento de lado y centrémonos en la verdadera razón de ser de los videojuegos: las mecánicas.
En este sentido, podemos decir que Gravity Rush 2 es el ejemplo perfecto de lo que debería suponer una secuela a nivel jugable, apoyándose en las originales bases que sentó el primer título para ofrecernos una experiencia más pulida y cuidada en la que todos los apartados que fallaban en el juego original han sido revisados y mejorados con éxito.
Y es que el primer Gravity Rush era un juego más que decente, sí, pero su condición como exclusivo de una portátil limitó enormemente las posibilidades de una obra que tenía potencial para ser algo mucho más grande. Esta sensación sigue presente en la secuela, es más que obvio que estamos ante una ip que puede dar mucho más de sí, pero la mejora general a la que se ha sometido la saga consigue que, ahora sí, podamos disfrutar de parte de ese potencial.
Como sabéis, todo el juego se basa en la habilidad de Kat para controlar la gravedad a su antojo, lo que nos permite suspendernos en el aire en un estado de “gravedad cero” para después decidir en qué dirección queremos “caer”. Esta sencilla premisa es la mecánica básica del título y una de las primeras habilidades que aprenderemos a dominar.
El control es sencillo, pero eficaz, con R1 suspendemos a Kat en el aire, pudiendo utilizar el stick para mover la cámara y apuntar con el cursor hacia la dirección en la que queremos desplazarnos, cosa que conseguimos pulsando R1 de nuevo. Si pulsamos el mismo botón nos volveremos a parar en el aire para poder cambiar de dirección y pulsando L1 volvemos a nuestro estado normal, precipitándonos hacia el suelo a gran velocidad.
Esta mecánica tan sencilla resulta algo confusa al principio debido a lo poco que se parece a nada que hayamos probado antes, pero los controles son tan precisos y la curva de aprendizaje está tan bien planteada que rápidamente os encontrareis flotando de aquí para allá por Jirga Para Laoh, ya sea para enfrentarnos a los enemigos que nos acosarán a lo largo de la aventura o para desplazarnos por la enorme ciudad de las nubes.
A esta mecánica se le suman las ya conocidas, además de otras nuevas. Seguimos pudiendo hacer levitar objetos para luego lanzarnos, pero esta vez es una técnica mucho más rápida y efectiva que en el anterior juego, que resultaba algo tosca y difícil de utilizar en medio de un combate, También podemos “inclinar” nuestra gravedad para desplazarnos deslizándonos por el suelo a gran velocidad, algo que resulta muy útil a la hora de movernos por tierra.
¿Demasiado gorda para pelear? ¿Demasiado flaca para ser amenazante?
Pero donde encontramos la gran novedad es en los estilos “Lunar” y “Júpiter” que nos permiten disminuir o aumentar nuestro peso respectivamente. La inclusión de esta habilidad ya prometía en los gameplays del título, pero no ha sido hasta probarlas por mí mismo cuando he comprobado de primera mano el gran impacto que tienen en la jugabilidad, tanto en la exploración como en el combate.
Y es que si nos hacemos más ligeros ni siquiera necesitaremos alterar la gravedad para desplazarnos “volando”, sino que, al pesar muy poco, podremos desplazarnos dando enormes saltos por el escenario, lo que sumado a la posibilidad de rebotar en paredes y cualquier otro objeto del escenario (desde sillas a farolas) nos permitirá desplazarnos con una agilidad que pocas veces he experimentado en un título. Creedme cuando digo que el simple hecho de desplazarse del punto A al punto B usando este método es realmente adictivo.
El estilo Júpiter por otra parte, esta algo más limitado, siendo su mayor ventaja la de caer a mayor velocidad y la de poder propinar golpes más contundentes a nuestros enemigos, así como la de formar una enorme bola de detritos a partir de los objetos del escenario con la que podremos causar enormes daños a cualquiera que se nos ponga por delante.
El combate sigue resultando algo simple, pero la inclusión de los nuevos modos de gravedad, sumado a la mejor implementación de las antiguas mecánicas lo acaban convirtiendo en una experiencia divertida y nunca tediosa. Nuestros enemigos siguen siendo los misteriosos Nevi, criaturas a las que derrotamos destruyendo las bolas de vidrio que les sirven como ojos. Cuentan con un diseño similar al del primer título y pueden resultar algo repetitivos, aunque la inclusión de enemigos humanos como soldados y mechas ayuda a aliviar esa sensación de repetición.
Si hay que decir algo positivo de los combates es que resultan muy dinámicos y divertidos, pudiendo alternar entre los diferentes ataques y estilos de gravedad con una fluidez que resulta digna de elogio y que nos permite realizar acrobacias y movimientos imposibles con una facilidad pasmosa, siendo los combates finales contra enormes jefes el punto álgido del títulos, con enfrentamientos verdaderamente épicos protagonizados por enemigos que, en ocasiones, impresionan por su escala.
Hay tiempo incluso para la denuncia social
Si nos centramos en el apartado gráfico es necesario señalar el estilo cell-shaded de un título que cuenta con una paleta de colores muy acertada y un acabo general verdaderamente precioso, en lo que es uno de los títulos más bonitos de la actual generación. Sin embargo, que sea bonito no significa que sea perfecto, y no es raro observar texturas que tardan unos segundos en cargar si nos movemos extremadamente rápido por el mapa, aunque no se trata de algo muy frecuente o llamativo y no estropea en absoluto una experiencia que resulta tremendamente sólida en líneas generales.
Mención aparte merecen los escenarios, auténticos protagonistas del título y que consiguen llevar la exploración a un nuevo nivel. Hekseville vuelve a estar disponible para ser explorada en su totalidad pero, aparte de las mejoras obvias que implica el salto a PS4, no encontraremos demasiados cambios en una ciudad que sigue siendo tan bonita e interesante como la primera vez que la recorrimos, con un estilo que parece beber de varias culturas para conseguir un acabo final realmente atractivo y que incluso recuerda a algunos trabajos del estudio Ghibli.
Es con Jirga Para Laoh (la nueva ciudad) con la que descubrimos todo el potencial de la obra. La ciudad está organizada en distritos pero, en vez de encontrarse delimitados como en un mapa tradicional, se encuentran unos encima de otros, siendo 4 en total: en la parte inferior nos encontramos con una deprimente zona de favelas en la que viven los más desfavorecidos. Por encima tenemos una enorme ciudad llena de mercados, actividad y rascacielos que parece inspirada por una fusión de conceptos sudamericanos y orientales en la que pasaremos la mayor parte de la aventura; si seguimos subiendo nos encontraremos con unos idílicos jardines donde los ricos se atrincheran en mansiones llenas de lujos y sirvientes, solo encontrándose por debajo del alto mando militar y el gobierno de la ciudad, el último distrito.
Como veis el propio mapa del juego es toda una alegoría a las clases sociales que termina traduciéndose en consecuencias jugables únicas: os aseguro que saltar de la parte superior y caer en caída libre mientras atravesamos las nubes y el resto de distritos es una experiencia genuinamente original que no encontrareis en ningún otro juego.
En cuanto al sonido, vuelve la particular “manía” del anterior juego de poner una melodía distinta dependiendo del distrito en el que estemos. Todas están bien (unas mejor que otras) y suponen un acompañamiento perfecto para las andanzas de Kat. Por supuesto, si nos vuelven locos, siempre podemos desactivarlas, algo que es de agradecer.
También hay que mencionar que tenemos la posibilidad de jugar el título enteramente en primera persona. No es algo completamente recomendable, ya que las animaciones de Kat se encuentran a un gran nivel, pero en ocasiones puede resultar menos caótica que la vista por defecto, y además permite hacer la exploración a pie más inmersiva, por lo que no está de más probarla de cuando en cuando.
Para finalizar, hay que decir que nos encontramos ante un juego de una duración considerables, con una campaña que no baja de las 20 horas y con una buena cantidad de coleccionables, desafíos y misiones secundarias muy divertidas que pueden disparar su duración hasta las 40 horas sin problemas.
Conclusión:
¿Qué dice la prensa?
En este caso las reviews de la prensa estaban disponibles entre 4 y 5 días antes del lanzamiento del juego.
Gravity Rush 2 tiene un promedio de 8.1 en Metacritic otorgado por la prensa y un 8.6 otorgado por los usuarios.
Prensa nacional:
Meristation: 9.0
3DJuegos: 8.5
Vandal: 8.0
Prensa internacional:
IGN: 8.4
Gamespot: 9
Destructoid: 9.5
¿Qué dice Generación Friki?
Gravity Rush 2 es un título tremendamente original que se apoya en la posibilidad de controlar la gravedad y su excelente diseño de escenarios para ofrecernos una experiencia nueva y diferente. Un título muy cuidado que sorprende por su calidad general y por lo atrevido de una propuesta que se siente tan fresca como la primera vez que conocimos a Kat. Un juego notable que, de no ser por la simplicidad de sus mecánicas, podría ser algo mucho más grande.
Volar entre rascacielos, caminar por techos, paredes y saltar pesando menos que una pluma pueden no ser actividades del gusto de todos, especialmente de aquellos que busquen un producto más enfocado a la acción, pero si la idea de no estar limitado al suelo te resulta atractiva deberías al menos darle una oportunidad a un título cuya calidad general y el buen rollismo que desprende lo convierten en todo un acierto y en una excelente manera de comenzar el 2017.
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Destaca en:
- La posibilidad de controlar la gravedad abre todo un abanico de posibilidades jugables tremendamente novedoso.
- El juego es divertido de principio a fin y nunca resulta pesado o aburrido, a pesar de la repetición de mecánicas.
- modo Lunar hace la exploración terriblemente divertida, sorprende lo cuidado que está.
- Poder cambiar entre primera y tercera persona en cualquier momento es todo un detallazo.
- El epílogo es una pasada y responde a muchas de las incógnitas del primer juego.
Podría mejorar:
- La repetición de mecánicas puede llegar a ser pesada si no te engancha en un primer momento.
- El diseño de los enemigos se repite demasiado.
- Las melodías en los escenarios pueden llegar a volverte loco.
- Algunas texturas tardan en cargar en momentos muy puntuales.
- La saga aún tiene mucho potencial que ofrecer.
Un comentario
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