Guerrilla no supo elegir con acierto la fecha de lanzamiento de aquel fantástico Horizon Zero Dawn, la precuela del juego que nos precede, saliendo este en la semana de lanzamiento de Zelda Breath of the Wild, y ahora comete el mismo error lanzando su secuela, Horizon Forbidden West justo en la ventana de lanzamiento de uno de los juegos más esperados de los últimos años: Elden Ring.
Digo esto, porque quizá es por eso que, pese al gran éxito cosechado por la primera parte, hay un segmento de gente que finalmente no ha jugado a esta franquicia por circunstancias que poco o nada tienen que ver con su calidad. O que, por alguna razón, lo consideran un juego menor. Para el que suscribe, Horizon actualmente es la saga con más potencial de todo el amplio abanico de exclusivos de Sony, y que el gran Kratos me perdone.
Un mundo coherente y una historia memorable
Y es que la locura no es que Horizon Forbidden West sea un juego en el que tribus pre medievales de toda índole guerrean entre sí y contra enormes animales robóticos armados en un mundo post apocalíptico, cosa que a priori sí que suena bastante loco, sino que todo este universo tiene unos motivos y unas razones que ya sentaron sus cimientos en su primera parte, y que con Horizon Forbidden West se expanden y consolidan con una línea temporal sin fisuras que le da coherencia al universo y un riquísimo y maravillosamente bien escrito lore que no da puntada sin hilo. El universo de Horizon es sin lugar a dudas uno de los más interesantes del panorama actual, uno que podría seguir dando historias durante mucho tiempo, pues su cuasi perfecto worldbuilding hace que quepan en cualquier narrativa que se nos ocurra.
De la historia poco se puede hablar sin entrar en spoilers; después de los acontecimientos de Zero Dawn (y su expansión Frozen wilds, muy presente en algunos diálogos), Aloy viaja al oeste para intentar conseguir una copia de la IA GAIA y así parar el ciclo de catástrofes naturales que a velocidad vertiginosa están acabando con el planeta. Pero pronto el argumento se desvía, gira y se retuerce para intentar sorprendernos y pillarnos con la guardia baja.
Vaya por delante que la trama no tiene la fuerza y el misterio que tenía Zero Dawn, entre otras cosas porque me parece casi imposible mantener el nivel después de semejante argumento, pero aun así Horizon Forbidden West cuenta una historia tremendamente disfrutable, que, sin alcanzar las cotas de su precuela, sabe mantenernos intrigados hasta la última misión, y esto es decir mucho de un juego de mundo abierto, género que, salvo excepciones, no se suele parar mucho a hablarnos de casi nada (Far Cry 6, Zelda Botw, Fenix Rising o The Division son grandes exponentes de mundos abiertos en los que la historia es anecdótica, o una que ya nos han contado, o un tópico sobre algún tema sobado que sabemos de sobra por dónde va a ir).
Técnicamente deslumbrante
A nivel técnico poco se puede decir si habéis visto algún video por ahí; Horizon Forbidden West es un despiporre a veces difícil de creer. Todo, desde sus animaciones, sus modelados, su captura de movimiento, hasta el vasto, denso y enfermizamente detallado escenario exhiben un nivel que hoy por hoy, bajo la opinión del que suscribe, es el verdadero rival a batir por cualquier otro videojuego, y estamos hablando de un mundo abierto. Sencillamente hay que quitarse el sombrero ante el trabajo técnico y artístico que Guerrilla Games ha llevado a cabo con el juego. Tengo que destacar la zona de San Francisco y Las Vegas, que dejan algunas estampas que no tienen ningún sentido, y es que desde hacía años que no le sacaba tanto partido a un modo foto como lo he hecho con este Horizon Forbidden West.
Por poner alguna pega, sigue habiendo algunos problemas cuando los enemigos de tamaño más grande (algunos son MUY grandes) mueren y se quedan en posiciones imposibles, temblando o medio flotando en el aire. También me he encontrado con algún personaje que se teletransporta, y con demasiados elementos reciclados (aunque puestos al día) de su primera parte, aunque esto para mí (o para casi cualquiera que conozca un poco cómo funciona el mundo del desarrollo) no es problema, es necesario mencionarlo ya que en las redes se montó cierta polémica por el asunto.
La jugabilidad es estupenda, pero no perfecta…
Horizon Forbidden West es una secuela de manual; mantiene las bases de la primera parte, elimina todo lo que no gustó y expande todo lo que sí, refinando sistemas y actualizando otros.
A priori puede parecer que el mundo de Horizon Forbidden West es poco más grande que el de su precuela, pero nada más lejos de la realidad, pues la densidad de este es enorme y existen muy pocas zonas (por no decir ninguna) desaprovechadas. En casi cualquier lugar del mapa hay algo que hacer, o son zonas de misiones, o lugares a explorar que esconden recompensas, o lugares de caza… Olvidaos de las largas caminatas de escenarios vacíos; la densidad en Forbidden West es la clave, y el escenario está diseñado con auténtica maestría y mimo, no habiendo dos partes iguales y exhibiendo una enorme cantidad de biomas que le dan variedad visual y jugable al asunto.
Aloy se maneja ahora mejor que nunca, responde bien a sus controles y el combate cuerpo a cuerpo ha sido notablemente mejorado para ofrecer combos, golpes finales y otros elementos necesarios y de los que la primera parte carecía. Por otra parte, el arsenal de Aloy ha sido incrementado hasta el absurdo, habiendo multitud de tipos de armas, cada una con diferentes variantes y que además cuentan con varios ataques especiales cada una, haciendo que podamos afrontar los combates de decenas de maneras diferentes.
Y centrándonos en el combate, existen dos tipos, el combate contra humanos, que, aunque se ha mejorado considerablemente sigue siendo bastante flojo. Este se limita en su mayor parte a asaltar campamentos enemigos en los que la mejor táctica es el sigilo, ya que el ataque frontal suele resultar en algo de tedio, teniendo diferentes enemigos disparándonos desde múltiples puntos y a los que nuestra munición a distancia no les hace demasiada mella. Hubiera estado bien proveer a Aloy de algunas herramientas más dedicadas al combate contra humanos y sobre todo a la caza desde las sombras.
Sin embargo, es en el momento de cazar grandes presas mecánicas en las que el juego brilla de verdad. Sus piezas se desprenden con cada impacto, se revelan puntos débiles, cada máquina exige una estrategia diferente y hay muy pocas armas “comodín” lo que nos exige cambiar nuestra “build” a menudo, sobre todo a la hora de enfrentarnos a las maquinas más complicadas del juego.
Quizá el mayor problema jugable sigue siendo que Horizon Forbidden West bebe demasiado de la formula “Ubisoft”, llenando demasiado el mapa de cosas a las que hacer “check” y convirtiendo en ocasiones el juego más en una lista de la compra en la que ir tachando actividades que en un mundo orgánico en el que las cosas surjan de manera orgánica.
Horizon Forbidden West se siente en este aspecto un poco desfasado, no tanto como para que la experiencia se resienta; de hecho, podemos modificar el HUD y el mapa para convertirlo en algo menos intrusivo, pero sin embargo creo que esa debería haber sido la experiencia por defecto, y no una en la que las misiones están demasiado definidas. Sin duda si hay un detalle a cambiar en una posible futura entrega, es como se gestionan las misiones, secundarias y recados en el mapa y evitar que el juego automáticamente le coloque un marcador a todo.
Y hablando de misiones, podemos decir que hay tres tipos: las principales, que hacen avanzar la historia y generan cambios importantes en el entorno, las secundarias, que ahora están muy trabajadas y cuentan historias que realmente importan, algunas de ellas muy humanas, otras divertidas, pero todas interesantes; y los recados, donde están las misiones con menos sustancia pero que también esconden alguna que otra sorpresa y guiños divertidos.
Pero sí, hablemos de Mass Effect.
Finalmente hay que hablar de Mass Effect. Sí, amigos, porque en un momento del juego Horizon Forbidden West adopta una de las mejores ideas de la saga espacial de Bioware, y no sólo en el sistema de dialogo, que casi está calcado, sino también en disponer de una base central en la que poder hablar con los miembros del equipo cada vez que el argumento avanza, y que ellos nos cuenten sus inquietudes, sus anécdotas y cómo les está yendo con sus misiones. Una idea tremendamente acertada que ayuda al jugador a empatizar con los diferentes personajes y que incluso trae de vuelta aquellas misiones de afinidad de Mass Effect 2 que tanto gustaron.
Para ir concluyendo, he de confesar que hacía mucho tiempo que un juego no me atrapaba tanto como lo ha hecho Horizon Forbidden West, ya estoy casi en los 40 y he jugado a videojuegos toda mi vida, por lo que suele ser fácil que un juego pierda mi atención fácilmente si no está haciendo las cosas bien. En este caso vine por la historia, por el universo de Aloy y por encontrar respuesta a todo aquello que quedó colgando en la primera parte, pero me quedé por su divertidísima jugabilidad, por su carisma y por ser el juego más bonito que he disfrutado desde hace mucho tiempo. Un juego que ha hecho que le dedique cada minuto libre de un mes hasta completarlo con 60 horas de juego y al que seguro volveré dentro de algún tiempo para una segunda vuelta. Horizon Forbidden West es una obra inmensa que ha salido en un momento equivocado, y que espero de todo corazón que no pase desapercibido, puesto que es uno de esos pocos juegos que tienen alma, que no hay otro como él y que todo jugador debería probar.
Horizon Forbidden West
Destaca en:
- Gráficamente, hasta día de hoy, nada le hace sombra.
- Aloy es un personaje complejo, interesante y maravillosamente bien escrito.
- Las ideas “raptadas” de Mass Effect le van como un guante.
- La historia y su mundo, de lo mejor que he disfrutado en el mundo del videojuego…
Podría mejorar:
- …Aunque no tiene la capacidad de sorprender de la primera parte.
- El mapa lleno de iconos y las listas de misiones se sienten desfasadas.
- Que tengamos que esperar 5 años para la tercera parte, si es que llega.
Un comentario
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