INJUSTICE 2: ¿el nuevo rey de los juegos de lucha?

2017 está siendo un año excelente para el mundo de los videojuegos, no sólo por la gran cantidad de títulos que se ponen a la venta de forma constante, sino por la estupenda calidad que acompaña la mayoría de dichos lanzamientos.

Aun así no siempre se puede contentar a todos y los fans de los juegos de lucha llevaban ya unos meses experimentando un relativa sequía de títulos triple A dedicados al género, lo que siempre supone una verdadera molestia para aquellos que adoramos obligar a personajes ficticios a combatir hasta la extenuación en un campo de batalla digital.

Por suerte los chicos de NetherRealm Studios tienen la situación bajo control y se encargaron de saciar nuestra sed con el lanzamiento del genial Injustice 2 el pasado 19 de Mayo para PS4 y Xbox One (de momento el lanzamiento en PC tendrá que esperar).

Pues bien, Injustice 2 ya lleva más de una semana en el mercado y tras haber dedicado unas cuantas horas a repartir sopapos con Batman y compañía toca preguntarse: ¿Es  Injustice 2 un buen juego de lucha o solo debe su éxito a la, cada vez más en auge, moda de los superhéroes? ¿Aporta algo al género o va “sobre seguro”? Vamos a averiguarlo.

Este modo historia no es lo habitual

Cuando nos fijamos en Injustice 2 (y en los últimos trabajos de NetherRealm Studios) un aspecto muy concreto de su diseño llama enseguida nuestra atención: el modo historia. No digo esto porque las tramas de Mortal Kombat X o el primer Injustice destaquen especialmente, sino por lo poco frecuente (por no decir imposible) que es encontrarse un título que, dentro del género de lucha, dedique su tiempo a contar una historia de otra forma que no sea superando un nada imaginativo modo arcade con cada uno de los personajes disponibles.

Así, Injustice 2 arranca donde lo dejó su predecesor, llevando el enfrentamiento, físico e ideológico, de Batman y Superman a nuevos niveles de epicidad.

Para los que no lo sepáis, la historia del Injustice original (a ver, el videojuego, no los cómics) se ambientaba en un universo paralelo en el que Superman era engañado por el Joker para asesinar a Lois Lane y destruir Metrópolis. Por desgracia, y ante un panorama tan desolador, a Superman se le va un poco de las manos, asesina al Joker a sangre fría y se proclama líder absoluto del planeta Tierra, instaurando un régimen totalitarista la mar de pintoresco y tratando cualquier posible amenaza con la misma delicadeza con la que un clavo es tratado por un martillo.

Ante esta situación la mayoría de “héroes” de la Liga de la Justicia estuvieron de acuerdo con Superman y le apoyaron en su mandato, pero unos pocos, liderados por el incorruptible Batman, iniciaron una temeraria revolución contra el que antaño había sido su amigo y compañero; vamos, que la ensalada de tortas estaba servida.

Pues bien, la trama de Injustice 2 parte de este contexto (no quiero estropearos el final del primer juego) pero añadiendo a Brainiac, un poderoso alienígena obsesionado con el conocimiento, a la ecuación. De esta forma, la lucha entra ambos bandos se ve aderezada por la llegada de una invasión alienígena, así como la de personalidades del universo de DC Comics tales como Atrocitus, Supergirl o Dr. Fate, ¿qué más se puede pedir?

La historia, en cuanto a trama se refiere, resulta algo menos llamativa que la del juego original, probablemente debido a la pérdida del impacto inicial que producía su más que interesante premisa, pero Injustice 2 se las arregla para compensarlo con una ejecución y un ritmo impecable, pudiendo solo reprochar que algunas tramas y personajes, como el Joker o Atrocitus, están totalmente desaprovechados y parecen ser una simple excusa argumental para meterlos en el juego.

Por lo demás, la campaña de Injustice 2 funciona a la perfección y engancha desde el primer momento, con una recreación brillante del universo DC y un respeto absoluto por el material en el que se basa. Esperemos que alguien en Warner se fije en las cinemáticas del juego y se les encienda la bombilla con sus próximas películas…

Eso sí, no penséis que la oferta jugable de  Injustice 2 se queda ahí, ya que el título cuenta con una gran oferta de modos de juego, tanto individuales como multijugador, en los que invertir nuestro tiempo, siendo especialmente destacable el cuidado que se ha puesto para que los jugadores que, como yo, no sean muy fans de los combates en linea, tengan una amplia oferta de modos para un jugador sin la necesidad de jugar online, siendo el más destacado el “multiverso” un modo de juego muy en la linea de las torres de Mortal Kombat y en el que se nos ofrecen diferentes retos y misiones dinámicas que varían a lo largo del tiempo y que proporcionan jugosas recompensas si los completamos.

Profundidad jugable pero pachangas fáciles

Pero vamos con lo que realmente importa: el gameplay, porque al fin y al cabo estamos hablando de un juego de lucha, y poco importa que tenga una historia muy currada si luego los personajes y sus movimientos no están a la altura.

Por suerte para todos, Injustice 2 ha hecho los deberes y  controlar a cada uno de sus 28 personajes jugables supone una auténtica delicia; contamos con tres botones para realizar ataques, uno para los agarres, uno para interactuar con el escenario, otro para una habilidad única para cada luchador y otro para reforzar nuestros movimientos con un medidor especial, además de la posibilidad de realizar un devastador ataque final cuando rellenemos dicho medidor.

El roster es extenso y todos los personajes son únicos y diferentes entre sí, siendo una experiencia completamente distinta el controlar a cada uno de ellos y contando con suficiente variedad como para satisfacer las expectativas de todo el mundo. De hecho este es posiblemente el mejor juego de NetherRealm en este aspecto, estando todo muy bien balanceado y contando con algunos combos y movimientos sorprendentemente inspirados y efectivos. Os aseguro que utilizar a Flash y su supervelocidad es muy diferente de encarnar al ágil y mortífero Robin, toda una experiencia para los fans del universo DC.

Así, nos encontramos con unos combates rápidos y fluidos donde es tan importante conocer a tu personaje y sus habilidades como prestar atención al entorno que te rodea. Las batallas, recordemos, se realizan en 2 dimensiones y 1 vs. 1 recordando enormemente a las de Mortal Kombat y a las del primer Injustice, siendo clave conocer los combos y habilidades de nuestro personaje si queremos salir victoriosos de los enfrentamientos más duros del programa.

Uno de los puntos claves del sistema de combate de Injustice es la accesibilidad. Se trata de un aspecto en el que juegos como Street fighter fracasan estrepitosamente, siendo muy complicado iniciarse y realizar movimientos complejos sin dedicar muchas horas de práctica al título. NetherRealm ya ha demostrado en otras ocasiones que es capaz de hacer juegos accesibles sin perder por ello profundidad jugable, y eso es exactamente lo que pasa con Injustice 2. Cualquiera puede completar su campaña o echar unas partidas con amigos sin parecer un completo incompetente, la mayoría de movimientos son sencillos de realizar y el auténtico “salseo” del juego esta en cuando y cómo saber utilizar y enlazar unos con otros, no en su ejecución en sí.

Así, los jugadores más dedicados encontrarán un verdadero reto si buscan dominar por completo cualquiera de los personajes del título mientras que los más novatos podrán apañárselas con solvencia sin tener que estudiar con dedicación a su personaje favorito.

¿Componente RPG? Bien. ¿Micropagos? Mal.

Sin embargo hay un elemento de Injustice 2 que lo diferencia del resto de juegos de lucha del mercado y que supone un completo acierto de cara a extender la duración del título de forma divertida e interesante: el componente RPG.

Puede parecer algo extraño pero cada personaje en  Injustice 2 sube de nivel a medida que lo vamos usando, lo que mejora sus estadísticas y, en definitiva, lo vuelve más fuerte cuanto más lo usamos. Esto por si solo no pasaría de anecdótico si no fuera por la inclusión de la posibilidad de personalizar el equipo (y por tanto el aspecto) de los heroes y villanos del juego. De esta forma, cada enfrentamiento que ganemos nos proporcionara items con los que equipar a nuestros personajes y que mejoraran tanto su aspecto como sus estadísticas.

Lo bueno es que la cantidad de items que podemos conseguir es absolutamente inmensa y amplían las posibilidades del juego de forma espectacular, pudiendo personalizar a nuestro personaje favorito de forma drástica y sencilla.

Es cierto que el proceso mediante el que conseguimos las piezas puede llegar a resultar algo frustrante y aleatorio (es un intento descarado de colar micropagos en una fórmula que no los necesita en absoluto), pero es tan sencillo acostumbrarse y su impacto visual es tan dramático que estoy dispuesto a perdonar el uso de cajas sorpresa tan típicas de los MOBA con tal de poder ponerle a Harley su traje clásico de arlequín, es lo que tiene ser así de friki.

Ahora bien, si dejamos todo el apartado jugable de lado y nos centramos en lo puramente técnico, no creo que se pueda decir nada malo de  Injustice 2.Y es que el diseño y acabado de los personajes es totalmente sobresaliente, destacando unas animaciones faciales que están a años luz de los visto en el primer título de la saga, así como unos efectos magníficos que recrean las habilidades de los personajes a la perfección y que encuentran en las cinemáticas del modo historia su momento para brillar. Y lo mismo se puede decir de los escenarios, algo escasos pero con varias secciones y una gran cantidad de elementos con los que interactuar.

Además cabe destacar el mimo con el que se han realizado las animaciones con las que se inician y terminan los enfrentamientos, así como los supermovimientos de cada personaje, lo que le da un toque muy cinematográfico y espectacular a la experiencia general de juego.

Conclusión:

¿Qué dice Generación Friki?

Injustice 2 supone todo un referente dentro de su género gracias a la inclusión de componentes RPG, un excelente modo historia y la estupenda recreación y balanceo de los personajes de DC Cómics en los que se basa. Pocas cosas malas se pueden decir de un juego que peca de avaricioso y que encuentra en las microtransacciones un método para hacer dinero tan sencillo como innecesario. Un imprescindible para todo fan de los juegos de lucha o de las andanzas de Batman y compañía, aunque igual os sale rentable esperar a una más que segura “edición XL”.

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