Generación Friki
Entre tanta consola negra, podríamos decir que PSVita ha sido la oveja blanca de la familia Sony; una máquina llamada para triunfar en el mundo portátil, de potencia sobresaliente y con unos acabados excelentes en todos sus campos. Finalmente, como en cualquier historia épica, el joven caballero, menos poderoso y peor armado (3DS) triunfó sobre una máquina a la que parecía que no se le pondría nada por delante.
Y es que competir contra Nintendo en un terreno donde jamás ha sido superada es complicado, aunque te llames Sony. Ahí quedan ejemplos de consolas claramente superiores como GameGear, PSP, NeoGeo Pocket y otras tantas que siendo superiores sobre el papel fueron duramente machacadas por una Nintendo que siempre ha tenido las cosas claras en cuanto a la potencia de sus máquinas: “más vale maña que fuerza” y así ha quedado patente en todos sus éxitos y fracasos, continuando con esta política hasta la reciente Switch.
PSVita ha sido la última víctima en caer frente al dominio de Nintendo en el terreno portátil, una consola que contó con unos comienzos prometedores y que en cuestión de un año y medio había caído en el olvido para Sony y para millones de usuarios, que la relegaban al rincón más profundo del cajón de los trastos.
Sin embargo, y pese a que esto parecía el fin de la historia, PSVita logró renacer de sus cenizas. Está claro que no lo ha hecho convertida en un majestuoso y todopoderoso Fénix, pero hay que reconocerle el merito de la supervivencia a una máquina a la que la mayoría dan por muerta desde hace años.
Los juegos de nicho y PS Plus, las grandes bazas de PSVita.
Si hay alguien que ha sabido aprovecharse de las horas bajas de la portátil de Sony sin duda ha sido el desarrollador japonés. Todos sabemos que después de Ps2 la industria del videojuego nipona se quedó estancada por culpa de no saber hacer frente a la revolución tecnológica que trajeron consigo Ps3 y 360. Con los años esta brecha se ha hecho más grande y hoy son solo un puñado de estudios japoneses los que son capaces de mantener el tipo frente a los productos occidentales. Sin embargo, todos esos estudios a los que tan bien se les daba trabajar con modelos low-poly, texturas de 128×128 y mecánicas de JRPGs que hoy muchos dan por muertas, encontraron su pequeño oasis en la portátil de Sony, junto a una creciente avalancha de desarrolladores Indie.
Y de repente, de estar jugando a Need For Speed, Uncharted, o Call of Duty, nos vemos con una máquina que sin saberlo estaba más hecha para The Binding of Isaac, Rogue Legacy o Trails of the Cold Steel.
PSVita no ha muerto, simplemente ha cambiado el desarrollo triple A por el juego Indie y los géneros de nicho, se ha convertido en un rara avis del videojuego con una segunda vida, barata y barriobajera, de calle y mercadillo… pero a la vez más honesta, más auténtica, mejor.
De haber seguido por el camino que tenía marcado, PSVita habría vivido de refritos de Call of Duty, de Fifa, de conversiones pobres de los éxitos de sobremesa, de ser siempre la segundona y de estar a la sombra de una invencible Nintendo. Parafraseando a Extremoduro “Me educaron para hombre adinerado, pero yo prefiero ser un “Indi”, que un importante abogado.”
Hoy en día en PSVita podemos disfrutar de auténticas maravillas que para nada siguen la corriente del mercado de sobremesa, no solo es que tengamos disponible a precios de risa prácticamente todo el catálogo de PSX y PSP para jugarlos donde queramos, sino que podemos echarnos una partida a Luftrausers, Olli Olli, Darkest Dungeon (Mejor Indie de 2016), Limbo, Fez, World of Final Fantasy, Odin Sphere y una interminable lista de títulos que ningún verdadero amante de los videojuegos debería dejar de probar.
Es probable que esta no sea la vida que muchos de sus compradores originales esperaban de sus PSVita, alejada de las grandes franquicias y de los desarrollos gargantuescos, sin embargo es eso, y precisamente eso, lo que hace que PSVita hoy por hoy sea una consola tan especial, una historia insólita de esas que parecen imposibles, yo personalmente jamás le había dado tanto uso a PSVita como lo hice en 2016, y espero seguir haciendo este año.
