En el mundo del videojuego siempre ha habido géneros que se han disfrutado en unas plataformas mejor que en otras. Sin ir más lejos, el shooter siempre ha sido más apto para ser jugado en PC gracias al dúo teclado y ratón y su facilidad para llegar a los 60fps que en las consolas, donde el mando se presta más a experiencias en tercera persona y su capacidad para ponerse en standby es ideal en juegos de mundo abierto (donde te puedes ahorrar los prolongados tiempos de carga iniciales). Juegos como Fire Emblem tienen su punto dulce disfrutados en portátil y a nadie se le escapa que un buen volante mejora la experiencia en cualquier juego de conducción.
La realidad virtual es aún un terreno muy inexplorado, que todavía necesita de algo más de tiempo para encontrar sus puntos más fuertes, pero es en este momento de experimentación y descubrimiento en el que encontrarse joyas como Lone Echo resulta increíblemente satisfactorio. Hace unos años Firewatch nos demostró que un walking simulator no tenía por qué ser aburrido (o limitarse a contar historias introspectivas sobre familias disfuncionales) y Lone Echo viene no sólo a refutar este hecho, sino que además trae bajo el brazo una experiencia increíble que es complicada de describir para los que no estén acostumbrados a la VR, pero merece la pena intentarlo.
Inmersión total en una interesantísima historia de ciencia ficción
En Lone Echo encarnamos a ECHO ONE, amistosamente denominado como Jack; un ayudante robótico en un futuro cercano en plena misión en la Kronos II, una estación minera en la órbita de Saturno. La capitana de la nave, Olivia Rhodes, está a punto de cumplir su tiempo de misión a bordo y hace los últimos preparativos antes de partir de vuelta a la tierra. Como no podía ser de otra forma, lo que empieza como un día rutinario de controles y supervisión de los sistemas pronto se tuerce cuando una anomalía desconocida tiene lugar cerca de donde se encuentra nuestra nave. De esta manera comienza una interesantísima historia en la que acompañaremos a Olivia para descubrir un increíble misterio. Todo envuelto en una atmósfera de ciencia ficción y misterio que siempre tiene un pie dentro de la verosimilitud y otro en la conjetura y la teoría, abordando temas actuales y muy interesantes.
Una aventura creada con la RV en mente.
Lone Echo sabe sacar partido de la realidad virtual de una manera excepcional, para empezar, la gravedad cero impera durante toda la aventura, y nuestra manera de desplazarnos es agarrándonos en los objetos del entorno (como paredes, y elementos anclados a la nave) y utilizar estos para impulsarnos, frenarnos y cambiar de dirección. Sí, tenemos unos pequeños propulsores en las manos que nos ayudan con la tarea, pero por sí solos resultan bastante lentos y en cuanto nos hayamos hecho con la mecánica los dejaremos a un lado para disfrutar de la increíble sensación de la gravedad cero. Esto también se aplica a todos los objetos del juego, que podemos agarrar y manipular a nuestro antojo y que al lanzarlos disfrutarán del comportamiento esperable en un entorno sin gravedad, algo que resulta tan fascinante como divertido durante los primeros compases del juego y que nos ayuda a meternos dentro de la acción incluso más allá de la inmersión característica de la VR, que ya de por sí es tremenda.
Adicionalmente, Lone Echo se sirve de algunos puzles sencillos y momentos de habilidad para mantenernos ocupados mientras exploramos los diferentes entornos en los que se desarrolla la historia. No, aquí no hay pistolas láser ni combates a muerte, (aunque hay algunos momentos en los que podremos “morir” y deberemos reintentar pequeñas secciones). Lone Echo pretende ser un walking simulator con algo más y demostrar, de nuevo, que se puede tener una experiencia relajada que a la vez sea estimulante y entretenida en un videojuego de realidad virtual.
Lone Echo es una experiencia que se fundamenta en tres pilares: su increíble sensación de desplazarnos por gravedad cero, su interesante argumento, y su espectacular apartado técnico, que cerrará las bocas de todos aquellos que siguen diciendo que los juegos de realidad virtual tienen malos gráficos. Ready At Dawn (The Order: 1886, God of War Chains of Olympus…) demuestra aquí que cuando se cuenta con los medios y el talento, la VR puede brillar de una manera cegadora. El primer paseo espacial por el exterior de la nave en Lone Echo es una experiencia para recordar: Mirar el vacío del espacio, las estrellas y enorme Saturno con su cinturón de asteroides y sentirte realmente ahí, sin nada que te separé del vacío más que tu mano agarrada de una abrazadera es una experiencia difícil de describir, y que incluso a alguien tan curtido en los videojuegos como el que suscribe estas líneas ha conseguido hacer que se le desencaje la mandíbula de tal manera que dudo que cualquier juego de PS5 consiga hacer en breve. Y es que los gráficos son espléndidos (aunque requieren un buen equipo) pero la sensación de “presencia” es lo que finalmente hace que Lone Echo te vuele la cabeza.
La duración, como en todos estos juegos, no es muy dilatada, rondando las 10 horas y pudiéndose extender un poco más si damos alguna vuelta en busca de los coleccionables. Si me preguntáis, me parece la duración perfecta para este tipo de juegos, sabiendo concluir de manera sumamente satisfactoria cuando empiezas a sentir que sus propuestas jugables se empiezan a agotar, y no horas después.
Para concluir, he de tocar el tema del idioma, pues, aunque el juego está traducido y doblado, el doblaje es en “español neutro” que se acostumbra a usar para los doblajes de juegos en Latinoamérica, cosa que no gustará a muchos, aunque siempre existe la posibilidad de disfrutarlo en inglés con subtítulos en castellano. He de apuntar que el doblaje español, pese al detalle comentado, está muy bien resuelto, con unas interpretaciones más que decentes y unas bromas divertidas y bien adaptadas.
Finalmente, Lone Echo se destapa como un must have para todo aquel que guste de los juegos tranquilos basados en la historia, pero que también disfrutará cualquier otra persona y que sirve de puerta de entrada perfecta a la realidad virtual por su ritmo pausado y lo bien que gestiona el “motion sickness”, cerrando de paso muchas bocas al demostrar lo madura que se encuentra esta tecnología y su espectacular potencial cuando esta se pone en las manos correctas.
Lone Echo
Destaca en:
- La sensación de presencia es alucinante, no se puede explicar.
- Sus gráficos, nada que envidiar al juego medio-alto de PS4.
- Su increíble historia te atrapará .
- La secuela nos llegará éste 2020 y pinta de fábula.
Podría mejorar:
- Algunas secciones de habilidad no son necesarias y pueden frustrar a los que no les interese este aspecto del juego.
- El juego exige un pc relativamente potente
- De momento es exclusivo para dispositivos Oculus.
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