Se han vertido ríos de tinta hablando del polémico retorno de la Madrid Games Week a la capital después de las dos exitosas Barcelona Games World de 2016 y 17, y desde luego en Generación Friki no estamos para ahondar en los detalles políticos que propiciaron este retorno, pero de lo que sí os podemos hablar es de lo que nos hemos encontrado en la edición 2018 del evento de videojuegos más grande de nuestro país. Un evento que ninguna de las grandes compañías de videojuegos ha querido perderse, pero del que también han querido sacar tajada los fabricantes de hardware, vendedores de merchandising e incluso empresas ajenas a este mundillo que utilizan los e-sport como puerta de entrada a un ocio que dominará el sector tarde o temprano.
El tamaño sí importa
Nada menos que 3 pabellones completos del IFEMA de Madrid y 4 días (del 18 al 21 de Octubre) han sido necesarios para acoger a un evento que ya se destapa como uno de los más importantes a nivel nacional. Tanto ha sido así que durante el día del sábado era imposible encontrar un rincón de los tres enormes recintos que no estuviese completamente abarrotado.
Sony, Microsoft y la cadena de tiendas Game han sido protagonistas con una cantidad de metros cuadrados enorme dedicados a sus stands, donde podíamos ver las últimas y las próximas novedades y hacer algunas compras. Más discreto en este sentido ha sido Nintendo, con un stand más pequeño en comparación pero en el que no han faltado sus grandes bombazos de cara a final de año: Pokemon Lets Go y Smash Bros Ultimate, los cuales acaparaban la atención del público.
Muchas novedades y también algunos adelantos.
Así, no solo pudimos jugar a los juegos de reciente o inminente lanzamiento, sino que también pudimos ponerle el guante a los caramelos más jugosos de cara a las próximas fechas, como los mencionados títulos de Nintendo, el esperado Kingdom Hearts 3, Sekiro: Shadows die Twice de From Software (Dark Souls), Resident Evil 2 Remake, One Piece World Seeker, Darksiders 3, o incluso echarle un vistazo rápido a Days Gone; uno de los títulos más prometedores de Playstation de cara a 2018.
Por supuesto a la cita no podían faltar los clásicos: Call of Duty, Fifa, Battlefield V, Fortnite y PUBG hacían acto de presencia no solo en sus respectivos stands, pero también en las diferentes competiciones que se sucedían a lo largo y ancho de la feria de mano de diferentes, variados y a veces sorprendentes patrocinadores, y es que Carrefour ya patrocina su equipo de e-Sports… esperemos que no sea uno de “marca blanca”.
Temblad, llegan los E-Sports
Como ya viene siendo habitual en este tipo de eventos, los e-sports también han estado muy presentes dentro de la Madrid Games Week, siendo una de las principales atracciones con algunas de las competiciones más destacables del país. No es momento de pararnos a hablar de este fenómeno de masas en ciernes, ya que lo hicimos hace poco en este artículo a raíz de aquella multitudinaria partida de Fornite que organizó El Rubius hace algún tiempo, pero sí que cabe destacar las pasiones que levantan estos deportes electrónicos entre unos aficionados que parecen multiplicarse entre evento y evento, y que, de seguir a este paso, en poco tiempo no va a haber un recinto suficientemente grande para acoger a semejante fenómeno de masas.
Demasiadas colas en un evento al que se va a probar juegos
Desgraciadamente, sobre todo durante todo el día del sábado, probar algunos de los juegos más esperados era solo un privilegio reservado a los más madrugadores o a los más pacientes, pues las colas en algunas ocasiones superaban la hora de espera para poder echarle el guante a una pequeña demo de 5 minutos. Esto, aun siendo un síntoma inequívoco de la buena salud del videojuego en España, también lo es de la falta de previsión a la hora de poner a disposición más puestos de prueba. Pues en el caso de algunos títulos solo había disponibles un par de consolas para todos los asistentes.
Una pena siendo la Madrid Games Week un evento al que principalmente se va a probar todas las novedades que acaban de salir o saldrán en los próximos meses y que, por desgracia, más de uno se quedó con las ganas de hacerlo.
Tampoco brillaba especialmente la zona dedicada a los juegos Indie, con un espacio ridículamente pequeño para cada expositor, dejando prácticamente sin visibilidad a algunos. Es una pena que habiendo tanto talento en el desarrollo de videojuegos en este país, se le dé tan poca importancia. Un pequeño tirón de orejas en este aspecto para la organización del evento que debería apoyar más a los desarrollos independientes; ¿quién sabe si no tenemos al próximo Hideo Kojima viviendo en Vallecas y lo dejamos escapar por no ofrecer visibilidad a nuestro talento nacional?
Lo que sí estaba bien en este aspecto fueron las variadas charlas a las que se podía asistir relacionadas con el desarrollo de videojuegos, abordando aspectos tan variados como la narrativa, la creación de personajes, el marketing o el diseño de mecánicas. Todas impartidas por profesionales que sintetizaban en un corto espacio de tiempo valiosos consejos y una visión realista de lo que significa ser desarrollador en España.
Una zona retro digna de mención
Parte del tercer pabellón estaba dedicado al retro, con una enorme exposición de clásicos tanto en consola como en arcade original a los que podíamos echar unas partidas si las colas nos lo permitían, aunque hay que admitir que era la sección del evento menos congestionada. También era el sitio ideal en el que hacer algunas compras, con los stands clásicos de juegos retro y novedades. Podías comprar Call of Duty Black Ops IV, recién estrenado para Xbox One X y también Super Mario Land de la Game Boy Original. Lo mejor de todo es que las tiendas sólo eran una pequeña parte de la feria y no el tópico.
Finalmente, la Madrid Games Week de éste 2018 nos deja un buen sabor de boca, quizá para el año que viene no sea una locura utilizar 4 pabellones para dar cabida a más de todo. Esperemos que el éxito de esta edición anime cada vez a más desarrolladoras y distribuidoras a hacer acto de presencia en la feria madrileña, pues esto no ha hecho más que empezar.