Generación Friki
En Metal Gear Solid V: Ground Zeroes nos situamos en no mucho tiempo después de lo sucedido en los acontecimientos del MGS: Peace Walker. En esta ocasión, tienes la misión de infiltrarte en una base militar cubana, localizar y rescatar a Chico y Paz, tras oír una filtración que te ha llevado al lugar. Este aperitivo es el que asienta los cimientos del próximo MGS: Phantom Pain con los acontecimientos que esta misión desencadenará.
Lo primero con lo que nos encontramos al empezar una partida es una deslumbrante cinemática al más puro estilo Kojima, que nos mantendrá embelesados durante sus más de 10 minutos de duración. La calidad técnica de esta cinemática está fuera de toda duda, y cumple todas las expectactivas que teníamos puestas en el nuevo motor gráfico. Nada que decir de la presentación, está muy bien adaptada, con esas texturas tan increíbles…Con la iluminación se ha hecho un trabajo que es una maravilla; habría que perfilarlo para que sea tan realista como pueda permitir nuestra percepción de la realidad, pero a pesar de los trucajes de programación, se consigue una sensación general muy agradable e inmersiva. La inteligencia artificial de los enemigos es más cabrona, pero tiene una memoria muy corta cosa que, espero, en un futuro cercano, solucionen. La física de los cuerpos recuerda al Unreal Engine, en el sentido que mueves los cuerpos inertes como si fueran forros de almohadas.
En fin, que como juego parece que asienta las bases para su próximo lanzamiento, el juego de Metal Gear Solid: The Phantom Pain. Pero ahí acaban las cosas buenas.
Este disco es un timo, porque cuando por fin vemos un precio barato (mejor dicho, asequible: 30€) para un juego de nueva generación de consolas grandes, (que muy acostumbrados nos tiene a sacarnos un riñón cada vez que vamos tras un lanzamiento a las tiendas, ya conocéis esos dolorosos 70€) te das cuenta después de que tampoco habrías querido gastarte ese “simbólico” precio.
Y es que la duración de la campaña está trucada; Kojima te promete unas cinco horas, y es así, pero esas cinco horas son para completar el título entero. Una vez te pasas la campaña te dan misiones secundarias que suceden en la misma base militar, pero en distintas franjas horarias y condiciones climáticas, explotando el motor ambiental tan laureado por el Fox Engine, añadiendo otras variables y mierdas. Pero vamos, la realidad es una campaña de 20 minutos, una mierda con un lazo precioso y bien presentada.
Nota: 
(5,5 / 10)
