POKEMON GO: el éxito de lo mediocre y su glorificación.

Articulo actualizado el 29 de agosto

Y finalmente “Pokemon Go” llegó, no es necesario que se cumpla ningún tipo de expectativa, da igual que sea bueno o malo; es un juego de Pokemon, es gratis y es para el único hardware que posee toda la población del primer mundo,  el Smartphone.

“Pokemon Go” (2016) es un juego Free to play para dispositivos móviles que nos invita a andar por la calle, capturar pokemons que salen de vez en cuando y coleccionarlos. No inventa absolutamente nada nuevo, solo coge ideas que ya estaban ahí y les pone un “skin” de Pokemon, pero eso basta para que se haya desatado la histeria colectiva a nivel planetario, superando en uso incluso a Whatsapp y demostrar, una vez más, que los seres humanos somos gilipollas. Porque no nos llevemos a engaño, “Pokemon Go” pasa de puntillas por el concepto videojuego, es una máquina de chicles que intercambia pasos (de los reales) por bolitas de chicles de colorines, hay muchas diferentes y sólo tenemos que andar un montón para conseguirlas, apenas exige ningún tipo de estrategia por parte del jugador, ni una forma determinada de enfrentarse a los “desafíos” (notensé las comillas) que el juego propone. Las metas a alcanzar que Pokemon Go nos sugiere se intercambian por horas y paseos, no hay un autentico desafió en el juego que nos exija ir más allá de invertir horas, el juego no nos pide que pensemos, ni que seamos buenos en los combates, ni que elijamos y maduremos nuestro equipo Pokemon como hacíamos en las entregas clásicas. Pokemon Go es una gamificación de un hecho tan cotidiano como pasear, una buena gamificiación, por qué negarlo, pero no la revolución que nos están vendiendo.

En “Pokemon Go” no podemos “perder” o “morir” de ninguna manera, nuestras criaturas no mueren, ni las podemos perder, sólo podemos juntar pokemons y participar en unos combates muy pobres y tan mal implementados que se sonrojan en comparación a las estratégicas batallas de su primera versión en GameBoy. También el concepto del coleccionismo digital , unido al uso de la realidad aumentada son cosas que hemos visto antes en juegos como Invicimals y por supuesto, Ingress; el anterior juego de Niantic y que es, básicamente la estructura de este Pokemon.  Por supuesto el programa también trae compras integradas (faltaría más), de tal manera que podemos derrochar el dinero que queramos para agilizar nuestra progresión.

#PokemonGo ha salido y todo el mundo a jugar, sin preguntarse si el juego es bueno o no Clic para tuitear

Como crítico de videojuegos, mi labor no es hacer un estudio sobre el impacto social que ha tenido el juego en la sociedad, sino valorarlo por lo que es y cuantificar, en la medida de lo posible, sus cualidades y defectos para hacer una valoración. Sin embargo cuando un juego llega a tus manos envuelto en una histeria colectiva de consumo y fanatismo de millones de personas, es necesario dejar ese juego justo en el lugar que se merece, porque la prensa “especializada” del videojuego no lo va a hacer. 3dJuegos y Meristation llenan sus páginas con guías y noticias sobre cada tontería que pasa alrededor de Pokemon Go, porque las visitas mandan. También sacan sus análisis sin nota por miedo a ofender a alguien y que no les visite nunca más.

A nosotros Nintendo no nos conoce, no puede llamar a nuestra redacción para quejarse de lo que digo porque no tenemos ningún contrato de por medio, así que puedo decir con total sinceridad que en el mejor de los casos y siendo excesivamente generoso para no herir sensibilidades, que “Pokemon Go” es una app muy montonera, con una alarmante falta de contenido, que desmerece el significado del videojuego de diferentes y variadas maneras y que si el juego hubiese tratado de capturar cualquier otra cosa en vez de los famosísimos Pokemons no hubiera tenido ningún tipo de impacto. Muchos salen en su defensa argumentando que el juego aún está en fase beta pero, si ya puedo jugarlo y gastar mi dinero en él, ¿acaso no puedo analizarlo y juzgarlo por lo que es ahora?.

No sólo hay propuestas en el mundo del Smartphone mucho más interesantes, sino que además muchas de ellas están desarrolladas por estudios diminutos que ponen todo su esfuerzo, su ilusión y su futuro en manos de esas aplicaciones que pasan completamente desapercibidas en pro del nuevo “boom” del momento.

Y aún así, hay que reconocerle a “Pokemon Go” el merito de sacar de su casa a cientos de miles de personas que raramente salen de ella, hacer que se junten y que socialicen más allá de las aplicaciones sociales que hoy nos rodean. Esto indiscutiblemente es un paso adelante y un logro que a muchos costará reconocer porque se trata de un videojuego, de hecho, los medios de comunicación no han tardado en prender varias hogueras criticando a Pokemon Go, por lo que precisamente es su gran logro y por lo único que se le puede otorgar merito; hacer que la gente salga y se conozca.

Haceos un favor a vosotros mismos; sacad vuestras Game Boy y echarle una partida a Pokemon Azul o rojo, Plata o Oro, los próximos Sol y Luna, o cualquiera de sus verdaderas entregas; videojuegos de verdad desarrollados con auténtico cariño y que merecen la pena ser jugados, no seáis cómplices del triunfo del marketing sobre los productos de calidad, no le hagáis pensar a la industria del videojuego (o a cualquier otra por extensión) que pueden comprarnos con publicidad y productos mediocres.

El triunfo de “Pokemon Go” es el triunfo de la ley del mínimo esfuerzo, del “fast food” en los videojuegos, de la idiotización del jugador y de todo lo malo que tiene esta Industria; apoyarlo es hacerle un flaco favor a la Industria y a tí mismo.  Ya, sé que lo que estoy diciendo es nadar contra corriente y que me van a lapidar por lo que estoy diciendo, pero me da igual, llevo casi 30 años jugando videojuegos cada día y sé un poco de lo que hablo. A este artículo llegará gente de todo tipo de opiniones y realmente sólo espero con este texto hacer reflexionar a alguna que otra persona sobre el daño que hacen determinadas modas.