Hace tres años fuimos testigos del renacer, nuevamente, de la franquicia “Tomb Raider“, y digo nuevamente porque pocas sagas han sido capaces de reinventarse a sí mismas de manera exitosa tantas veces como lo ha hecho Lara Croft en sus plataformeras aventuras.
Cristal Dynamics, los desarrolladores de la saga desde el fantástico “Tomb Raider Legends” han sabido hacer avanzar a Lara en la dirección correcta durante muchos años, convirtiendo “Legends”, “Underworld”, y el remake del “Tomb Raider” original en tres capítulos más que notables y en general en videojuegos completamente recomendables, aunque sin ser sobresalientes del todo. Pero no fue hasta el 2013 con su reboot de la saga, aquel inesperado y fantástico “Tomb Raider” (tal cual, no se rompieron los cuernos con el título) cuando dieron el campanazo y consiguieron igualar, e incluso para muchos superar, a los aclamados “Uncharted” y recuperar el trono de los juegos de aventuras.
Ahora nos llega “Rise of the Tomb Raider” la secuela de aquel fantástico título con la intención de recuperar la fórmula que llevó a Lara de nuevo a lo más alto, haciendo énfasis en las cosas que más gustaron y puliendo detalles aquí y allá para lograr, si cabe, un producto aún más redondo.
Una continuación directa del anterior título
“Rise of the Tomb Raider” nos presenta a una Lara más madura y decidida, dispuesta a desvelar el misterio en torno a la muerte de su padre y de la corporación “Trinidad”, mientras de paso, descubre el secreto de un profeta inmortal en lo más remoto de las montañas Siberianas… y todo esto con la carrera de arqueología terminada mientras trabajaba en un bar para pagarse los estudios, ¿qué habías hecho tú a los 23 años, eh, piltrafilla?
La novedad más importante del juego en sí es el hincapié que se ha hecho en la exploración y la supervivencia que tanto gustó en la anterior entrega, siendo los recursos más escasos y necesarios para ir bien provisto y poder afrontar algunas de las situaciones que se nos presentan, obligándonos a indagar en las profundidades de los abiertos escenarios para recolectar hasta la última seta de la espesura siberiana. También el componente rolero se ha hecho más patente en esta segunda entrega, en la que distribuir bien los puntos que vamos ganando al subir de niveles se antoja crucial, sobre todo si jugamos en las dificultades más altas que nos permite el juego, cosa que desde ya os recomiendo que hagáis, pues es donde se encuentra la verdadera esencia de la aventura y la supervivencia que el juego pretende transmitir.
Un juego sólido, y largo
“Rise of the Tomb Raider” es un juego consistente en todos los aspectos, desde la historia, que sin ser la panacea y a rasgos generales menos interesante que la anterior, sí que consigue darle a todo el conjunto un empaque y una congruencia de la que carecen los títulos de “Uncharted“, su más directo competidor. Jugablemente se destapa como un título variado, con un ritmo cambiante en el que podemos encontrar secciones de exploración, de conversación, de acción frenética y de resolución de puzles, consiguiendo que “Rise of the Tomb Raider” presente un conjunto muy variado y apetecible, sabiendo mezclar todas estas características de una manera muy sabia, dejando la exploración y los puzles como variables opcionales para los más puristas y así todos contentos.
Una de las cosas que más me ha llamado la atención es la duración, muy por encima de la media en los juegos del género, y que nos ofrece, con poco que nos paremos, más de 20 horas de juego en las que en ningún momento se hace uso de secciones repetidas y en las que el contexto de la acción cambia constantemente, haciéndose más compleja según se avanza y el repertorio de habilidades e inventario de nuestra heroína se va dilatando.
Un viaje variado y bello
“Rise of the Tomb Raider” es un juego que entra por los ojos, empezando por las magnificas y variadas animaciones de Lara, que tiene un gesto para cada ocasión y que no deja de sorprendernos con animaciones realistas y muchas veces innecesarias a nivel jugable pero que le añaden muchísima vida y personalidad a ese montón de polígonos y texturas que estamos manejando. Los escenarios también brillan con luz propia, ya sea por variedad, cantidad y sobre todo por detallismo. El vasto mapa de “Rise of the Tomb Raider” está plagado de detalles allá donde se mire, en los que la tecnología del juego, con cientos de elementos interactivos, como la dirección artística, brillan con luz propia, haciendo que la simbiosis entre animaciones, modelado de personajes y entornos y dirección artística alcancen un equilibrio perfecto, consiguiendo que “Rise of the Tomb Raider“, sin ser tecnológicamente puntero, sí que sea un juego muy agradecido de jugar y especialmente bello, en el que nos pararemos más de una vez y sin ningún motivo solo para contemplar los increíbles parajes que nos rodean.
No te pierdas el análisis de #RiseOfTheTombRaider ahora que su llegada a PC y Ps4 está más cerca que nunca Clic para tuitearQuizá el lastre más grande de esta entrega sea el no contar con una historia algo más arriesgada, cayendo a sabiendas en los tópicos del cine de aventuras que tan sobado está hoy en día, resultando demasiado tópica y predecible. También he echado en falta algo más de hincapié en las plataformas, que si bien están ahí de manera más o menos constante, su mecánica sufre del mal de “Assassins Creed” donde todo lo relacionado con los saltos y el plataformeo está demasiado automatizado y requiriendo en estas secciones muy poco del jugador.
Y con todo esto “Rise of the Tomb Raider” sigue siendo una aventura fantástica y disfrutable de principio a fin, un juego completamente recomendable y lleno de grandes momentos que justifican su compra sin ningún tipo de dudas. El “Tomb Raider” de 2013 no fue un espejismo y “ Rise of the Tomb Raider “, su secuela, ha venido a confirmar que Lara ha vuelto por la puerta grande, dispuesta a codearse con los mejores, como ya lo hizo antaño.
(8,9 / 10)
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