Los poco avezados dirán que Tearaway es un plataformas 3D de saltar, explorar y aplastar con un aspecto muy original y ligeramente infantil: bien, pues que sepáis que ni os respeto, ni os entiendo, ¡¡volver a vuestro shooter genérico y dejarme en paz!!
Pocos juegos hay en esta generación tan petada de gráficos y filigranas técnicas que nos hagan dejar todas esas cuestiones a un lado y centrarnos en lo que un juego por esencia debe ser: un juego.
La clave: interactuación
Tearaway es mucho más que eso. Tearaway es una experiencia de doble sentido, orgánica; nosotros jugamos con el juego y el juego responde; interactuamos. Tearaway sabe desde el primer momento que estamos ahí, sujetando nuestra PsVita, mirando la pantalla, concentrados en lo que nos ofrece y lo aprovecha en su favor, haciéndonos interactuar como ningún juego antes nos había propuesto.
Ya no es solamente que el juego rompa la cuarta pared desde el minuto uno y que ésta se quede bien rota hasta el final del juego, sino que esto se hace también a la inversa, ya que además de poder sumergir nuestro mundo, voces, imágenes, recortes y casi literalmente meter los dedos dentro de la consola, “Tearaway” nos propone algo muy curioso: hacerlo también en sentido contrario.
Podemos fotografiar a diferentes personajes y objetos del juego para así conseguir unos recortables de papiroflexia para imprimir y de esta manera traer el propio mundo del juego hasta nuestra propia realidad; pura genialidad en forma de bricomanía.
Una moraleja diferente
El juego nos propone una historia, la nuestra, que empieza con un viaje, un sobre; de hecho un sobre con ojos, brazos y piernas: Iota, el mensaje y mensajero. Tearaway nos narra la historia desde la voz de dos narradores que la van inventando a medida que se va sucediendo, dos narradores que saben cómo empieza y también cómo acaba, pero que quieren que disfrutemos todo lo posible del viaje y que entendamos el mensaje cuando llegue hasta su destinatario.
Ya se ha hablado muchas veces de el concepto “magia” dentro de un videojuego: eso que hace que sintamos que estamos delante de una experiencia especial, nueva, enriquecedora, con un mensaje que transmitir y que va más allá del simple concepto de juego. En Tearaway estas sensaciones están siempre presentes, hay un mensaje: nosotros. Hay una moraleja: Tú.
Es curioso como un título que en sus raíces más básicas se limita a ser un plataformas 3d pueda hacer que una experiencia tan sobada como la de explorar, saltar y aplastar se convierta en algo completamente nuevo y que mantenga al jugador más veterano con una sonrisa de oreja a oreja en la cara durante toda la partida.
Siempre he confiado en Media Molecule. Desde el primer día me declaré fan consumado de Sackboy y de todo el universo Little Big Planet. Ahora, con Tearaway, no puedo más que rendirme a los pies de la First Party de Sony y esperar con ilusión cualquier otra experiencia que quieran traer hasta mi consola, la que sea. Simplemente diré “Shut up and take my money!!”.
(8,5 / 10)