La espera ha sido larga, pero “The Witcher 3” ya está aquí. Largamente retrasado y no exento de polémica en su lanzamiento, la tercera y última entrega de las aventuras de Geralt el brujo llega hasta consolas de nueva generación (no, Wii U, tú no cuentas) y PC para regocijo de todos los amantes del buen rol y las aventuras.
Y la verdad es que aparte de ser un camino largo, también ha sido bastante tortuoso y al final, ligeramente amargo. Después de varios retrasos, cuando por fin tenemos el juego en nuestras manos, empiezan a correr ríos de tinta hablando de downgrades gráficos, framerates inestables y demás errores que si bien no convierten per se a “The Witcher 3” en un mal juego, sí que empañan una experiencia que de otra manera podría haberse acercado mucho a la perfección.
¿Qué hay de cierto y qué no?
Nuestra versión probada en consolas es la de PS4, primero la jugamos sin el famoso y cada vez más frecuente “parche del día uno” y después con él (casi 500mb). He de decir que hay diferencia, pero los errores siguen estando ahí; en menor medida, pero están. La tasa de frames del juego es generalmente estable a 30pfs, pero en momentos de estrés se resiente y puede bajar hasta los 20fps tanto en el gameplay como en las secuencias de vídeo.
También veremos carga de texturas por aquí y por allá, eso sí, en momentos más puntuales. Otro error frecuente lo encontramos con el LOD (level of detail), ya que es común ver a media distancia objetos con un poligonaje y detalle muy bajo, sobretodo el follaje, los arboles y las sombras, haciendo que nos tengamos que acercar más de lo que nos gustaría para que la transición a los modelos de alta calidad nos permitan disfrutarlos en su máxima expresión.
También existen problemas en los controles. Geralt no responde con toda la finura que nos gustaría, siendo tosco en sus movimientos y ciertamente impreciso. Afortunadamente no hay muchas ocasiones en las que el juego nos ponga a realizar tareas demasiado precisas, pero creerme si os digo que a veces encender una fogata, registrar un cadáver o hacer uso de cualquier otro artilugio del escenario que se active de manera contextual puede ser una aventura merecedora de un buen puñado de puntos de experiencia.
“The Witcher 3” no es “Bloodborne”, no lo necesita… pero ojalá…
Ni el primer juego ni el segundo hacían gala de un gran sistema de combate, de hecho el combate en “The Witcher 2” era tan malo que en un par de ocasiones estuve a punto de abandonarlo a medias. “The Witcher 3” mejora mucho esta situación, pero no la soluciona del todo.
Si tuviese que definir el combate de “The Witcher 3” en tres características serian: estratégico, profundo e impreciso. Es muy interesante todo lo que rodea al combate de “The Witcher 3”; las armaduras y equipamiento, las pociones, las magias, los puntos de habilidad, el grimório con los puntos fuertes y débiles de los enemigos… Si jugamos en un nivel de dificultad decente (recordemos que normal es el nuevo fácil) los enemigos nos pondrán en apuros y aquí la salud no se regenera. Tampoco hay pociones que nos devuelvan un buen bocado de vida al instante, así que en ocasiones de clara desventaja (que las hay, y bastantes) nos veremos obligados a tirar de eso que últimamente tenemos tan relegado a un segundo plano en los videojuegos: el cerebro.
Una buena preparación, conocer a los enemigos, saber eliminarlos en el orden más ventajoso y aprovechar los elementos circundantes son cosas que están a la orden en “The Witcher 3”, haciendo de los enfrentamientos algo muy emocionante… cuando el control no te deja completamente vendido.
Y es que más de una vez te encontraras blandiendo tu espada contra la nada porque Geralt no encara a los enemigos con precisión, porque sus animaciones son demasiado largas y porque en definitiva los controles no responden con la velocidad que se requiere. Encadenar dos golpes fuertes suele ser una muerte segura, ya que Geralt tarda demasiado en prepararlos, en lanzarlos y en recuperarse, para que al final el daño causado con ellos no acabe de compensar. Si os pasa lo que a mí, que vengo directamente del escrupuloso y preciso hasta la arcada control de “Bloodborne” la diferencia es escandalosa, y aunque es verdad que una vez te acostumbras a los “tempos” del personaje todo mejora mucho, no deja de ser frustrante pensar en lo perfecto que podía haber sido y en lo “bueno, vale” que se ha quedado.
Y aún así “The Witcher 3” es un juego como la copa de un pino.
Al César lo que es del César. Que todo lo que he dicho antes sea verdad no hace más que arrebatarle el titulo de perfecto a un juego que podría haberlo sido, pero que aún con todas sus taras es uno de los mejores RPGs que he jugado en muchísimo tiempo, y creerme si os digo que he jugado a unos cuantos.
La sensación de libertad, la exploración, el rico universo plagado de detalles y folclore, el atardecer, los bosques, las cuevas y sus alimañas … y en definitiva cada puñetero detalle de este juego ha sido tratado con mimo, delicadeza y amor. Hasta las jodidas carreras de caballos (¿por qué en cada título que salen caballos TIENE que haber carreras?) están metidas dentro de un contexto completamente plausible.
“The Witcher 3” tiene una historia interesante, madura, bien contada y con múltiples caminos, todos con sus consecuencias más o menos inmediatas. Un juego que utiliza muchas formas narrativas para hacernos llegar la historia y que nos sintamos participes de ella. En este sentido es lo que tiene que ser un videojuego: la historia va a tu ritmo, y se mueve a la velocidad que tú quieres, no al revés. No somos marionetas del hilo argumental, podemos dejarlo ahí y huir al horizonte en busca de nuevas aventuras.
Geralt es un personaje maduro y profundo, no una versión sobre actuada y plana del personaje de las novelas. Es un brujo dentro de un mundo plagado de matices, donde muchas veces habrá que elegir entre la respuesta menos cruel de las tres, y aquí no hay colores para orientarse, tus decisiones provocarán seguramente muertes, pero tú decides si escoges el mal menor… o no.
No me gustaría despedirme sin hacer una mención al resto de los sistemas del juego: el crafting, las pociones, el sistema de puntos, talentos y niveles. Todo está a un nivel muy alto, siendo sistemas profundos, complejos y que de verdad influyen en el desarrollo de nuestra partida. Ciertamente al principio parecen complejos, y es básicamente por que lo son, pero después de 100 horas de partida haréis pociones con la soltura con la que vuestra madre os prepara esa fabada tan rica.
No quiero hablaros del argumento, ni de sus personajes, creo que “The Witcher 3” es un juego que merece la pena descubrir por uno mismo, perderse dentro de él y olvidar durante un buen montón de horas todo lo que nos rodea. Y es que aún siendo conscientes de todos sus defectos no puedo más que recomendaros que acompañéis a Geralt en la que es, de momento, la aventura más grande de la nueva generación.
No os perdáis nuestro vídeo análisis de The Witcher 3. Podéis verlo pinchando AQUI
(9,5 / 10)
Espero que esos fallos que mencionas se corrijan . Ya que hay juego para rato por todo lo que implica y el mundo tan grande que es