Aún recuerdo un tiempo, allá por el 2000, donde el género de los JSRPG (Japanese strategy role playing game) gozaba de cierta salud, e incluso me atrevería a decir que popularidad, con grandes títulos como Final Fantasy Tactics, Disgaea, Front Mission, o Fire Emblem disputando el podio de un género que parecía tener mucho que decir. Sin embargo, el tiempo ha pasado y el género del JSRPG ha quedado relegado a un nicho en el que quedan ya más bien pocos contendientes y, si queremos algo de variedad, en seguida tenemos que ponernos a rebuscar en el baúl de los juegos Indie, donde aún quedan algunas propuestas interesantes.
Sin embargo, parece que Square Enix, envalentonada con el éxito que supuso Octopath Traveller se ha animado a resucitar el género con Triangle Strategy (2022), un juego que viene a coger el testigo de oro que dejó Final Fantasy Tactics, y lo hace decidido a no perder una pizca de los elementos que hicieron grande a aquel título, diseño artístico incluido.
Preciosismo retro
Y es que lo primero que salta a la vista de este Triangle Strategy es su estilo artístico, heredero directo de Octopath Traveller, que combina con un acierto deslumbrante la estética anime pixelada de juegos como Final Fantasy VI, Xenogears, o Chrono Trigger y la pasa a entornos tridimensionales en la que se aplican filtros estilo “Tilt-Shift” y efectos de iluminación y niebla a tiempo real para lograr un impactante resultado artístico que, como amante de los juegos de aquella época, no puedo calificar de nada menos que de obra de arte.
Pues aunque a primera vista, e igual que pasaba con Octopath Traveller, Triangle Strategy pueda parecer visualmente austero, la cantidad de escenarios, animaciones, personajes, y recursos gráficos utilizados en la obra es significativa y queda muy por encima de aquellos juegos de la época que trata de emular, consiguiendo traer ya no solo un género, sino también un estilo visual a la más absoluta actualidad visual (tanto es así que ya se están preparando más juegos que hacen uso de este estilo gráfico, tanto por parte de Square-Enix como por la de otras desarrolladoras).
Conservador en lo jugable
Triangle Strategy no hace demasiado que no hayamos visto ya en el género, básicamente se limita a pasar el plumero por encima de algunas polvorientas mecánicas, tratando de darles algo más de velocidad para hacer el paso de los turnos algo más ágil. También se preocupa de que cada personaje que llevamos en nuestro ejército sea único y que, por ejemplo, no haya dos arqueros iguales, dotando a cada uno de diferentes habilidades. Esto, unido a una limitación de tropas a usar en cada batalla, nos forzará a ser muy selectivo en cuanto a qué unidades usar en cada batalla y tener en cuenta la disposición del escenario, como las diferencias de alturas, objetos destructibles o inflamables, clima y algunos otros elementos que podrían cambiar las tornas del combate rápidamente.
La evolución de nuestro ejército también está muy nutrida en cuanto a opciones de personalización, contando todas las unidades con su propio árbol de talentos que deberemos ir desbloqueando y tres mejoras de especialización por personaje y arma, lo que se traduce en unas enormes posibilidades a la hora de construir nuestra propia “build” que se ajuste a cómo queremos afrontar nuestras batallas.
Al final, lo mejor que se puede decir de Triangle Strategy como JSRPG es que en lo jugable apenas comete errores, y aunque no tiene ninguna mecánica rompedora o súper innovadora, sí que recoge otras vistas aquí o allá en otros juegos pasados y las implementa con bastante maestría, lo que finalmente desemboca en una muy entretenida experiencia jugable en los combates.
Decídete ya, porque el invierno se acerca.
Donde Triangle Strategy definitivamente echa el resto es en su argumento y en su trabajado sistema de elecciones. Sobre lo primero poco se puede decir sin desvelar mucho de la trama: Encarnamos a Serinoa, joven heredero de la casa Wolffort, una de las tres casas vasallas de los Glenbrook de Glaucoburgo, reyes de uno de los tres reinos del continente. Se nos ha concertado un matrimonio con Frederica de Fraguahelada, sobrina del rey de Fraguahelada, que mejorará las relaciones entre reinos, que hasta no hace poco vivieron una cruenta guerra.
Sin embargo, hay muchos intereses ocultos entre los tres reinos, y pronto las traiciones, las puñaladas por la espalda y las intrigas palaciegas no obligarán a emprender una cruzada que irá creciendo en envergadura rápidamente.
Si de algo estoy seguro, es que hacía tiempo que no me encontraba con una historia tan interesante, bien contada y adulta como la que he podido disfrutar en Triangle Strategy; un pastiche estupendo entre Juego de tronos y animes como Vinland Saga que deja lo mejor de los dos mundos en una historia que se disfruta por compleja, emocionante y bien resuelta de principio a fin, y en la que nuestras decisiones realmente tienen un peso relevante, con varios finales diferentes que se van construyendo dependiendo de estas.
Tu voto cuenta, pero esto es una democracia.
Pero sin duda el plato fuerte que acompaña a esta estupenda historia es su sistema de decisiones, en el que serán nuestros vasallos los que voten por cuál de las opciones prefieren decantarse y nuestro papel será el de intentar persuadirlos de que elijan la opción que más nos interese a nosotros, dependiendo esto de un sistema de diálogos que tiene en cuenta nuestra inclinación (emocional, lógica, política) y las decisiones que hemos ido tomando anteriormente, así como la información que hayamos desbloqueado a base de investigar y hablar con personajes.
De esta manera, será complicado aludir a un argumento demasiado emocional si siempre hemos ido por otro camino para convencer a un personaje, aunque también tendremos que tener en cuenta el carácter de este y a que estímulos reacciona mejor a la hora de convencerle.
Finalmente, todo el mundo pone su moneda en la balanza y dependerá de si hemos conseguido convencer a suficientes vasallos que nos podamos llevar el gato al agua o que tengamos que acatar la decisión de la mayoría de estos, creándose situaciones inesperadas que incluso para mí como jugador han llegado a sorprenderme, haciendo los devenires de la historia aún más interesantes si caben.
Un juego denso, lento, de nicho
Por desgracia, Triangle Strategy no es un juego que vaya a copar las listas de ventas; de hecho, me sorprendería que apareciese en el top 10 en el mes de su lanzamiento, ya que ni por género, ni por estilo artístico, ni mucho menos por el segmento de jugadores al que está dirigido el juego va a conseguir un gran impacto en ventas.
Triangle Strategy es lento, tiene muchísimos diálogos, escenas largas y a veces más de media hora de conversaciones entre una batalla y otra. Es un juego que hay que tomarse más como si estuviéramos leyendo una novela interactiva, disfrutando de la estupenda historia y dejándonos llevar por la fantasía que nos propone.
Cae en el saco de los juegos muy de nicho, o “café para muy cafeteros” y es una auténtica pena, porque os puedo asegurar que las horas que he pasado con él han sido fantásticas. Triangle Strategy ha conseguido que le quite el polvo a mi Nintendo Switch y, sinceramente, con el año tan prometedor que se perfila para la consola, espero que no lo vuelva a coger en mucho tiempo.
Triangle Strategy
Destaca en:
- Artísticamente es una maravilla.
- El equilibrio técnico perfecto entre lo antiguo y lo nuevo.
- La historia y sus personajes, memorables.
Podría mejorar:
- Es lento y requiere paciencia por nuestra parte.
- Más variedad en la banda sonora hubiese sido de agradecer.
- Pasará muy desapercibido entre el grueso de jugadores.