WATCH DOGS 2: borrón y cuenta nueva

Parece mentira que hayan pasado ya 2 años desde aquel correcto pero descafeinado y bastante mentiroso Watch Dogs. Es difícil que a alguien se le haya olvidado ya aquel maremágnum de críticas que recibió el juego (nosotros mismos le dimos lo suyo) por el infame downgrade que sufrió su apartado técnico desde su puesta de largo en el E3 hasta su lanzamiento.

Sin embargo, tal y como dijimos en aquella ocasión, el problema de Watch Dogs es que venía lastrado por una generación de consolas demasiado vieja, un hype demasiado alto, y una desafortunada fecha de lanzamiento, demasiado cercana al imbatible GTAV. Y es que Watch Dogs, aún con todas sus trampas de marketing y juego sucio por parte de Ubisoft, supo hacerse un juego suficientemente interesante y entretenido como para que Ubi se atreviese con una continuación, que, esta vez sí, viene con la lección bien aprendida.

Watch dogs 2 hace prácticamente borrón y cuenta nueva a nivel argumental con respecto a lo que vimos en la primera entrega, sí que es cierto que hay un personaje que se ha recuperado para la secuela y que en algunas conversaciones se tienen en cuenta los sucesos acontecidos durante el primer juego, pero desde el primer momento Watch Dogs 2 quiere dejar claro que, aunque la premisa del juego sea la misma, su método, estilo y carácter, han cambiado completamente.

Más joven, más gamberro, y sobre todo, más hacker

Desde el primer momento cuando Watch Dogs 2 nos presenta a Retr0, el protagonista del juego, lo hace dejando clara una cosa; este juego va sobre hackers, hackers haciendo cosas de hackers, y no sobre un cuarentón con un móvil que busca venganza por no sé qué movida familiar que no le importa a nadie mientras de paso hackea cosas.

De hecho, la capa de pintura exterior de este Watch Dogs 2 le sienta como anillo al dedo; una trama que trata de hacktivismo, de protesta social, de un grupo de Robin Hoods modernos que intentan hacer justicia, ayudando al desamparado a enfrentarse a las mega corporaciones que poco a poco dominan todo, y a la vez mandándonos a nosotros, los jugadores, un pequeño mensaje de denuncia social interesante y reconfortante. Watch Dogs 2 es un juego en el que encarnamos a una suerte de “Anonymous” en una cruzada por el bien común.

Y es que sin duda todo lo que rodea al hackeo está esta vez mucho mejor representado, desde las secuencias de código hasta la filosofía “open source”, pasando por el equipo que utilizan y añadiéndole un toque ciberpunk a todo el conjunto que le sienta estupendamente, dotando al grupo protagonista de un carisma y personalidad arrolladores.

Por la noche, con su coche, hackeando la ciudad

Hay pocas cosas con las que últimamente me haya divertido tanto haciendo el gamberro y procrastinando en un juego de mundo abierto que como lo he hecho con este Watch Dogs 2. Las herramientas que el juego de Ubisoft nos brinda para modificar las leyes con las que se rige el tráfico, los transeúntes o la policía, sin ser excesivamente abundantes, sí que son interesantes y muy versátiles en su ejecución, pudiendo montar auténticos pifostios haya donde vayamos y deleitarnos con las, a veces realistas, a veces locas y otras veces (muchas) descacharrantes reacciones de los transeúntes que pueblan la ciudad.

En las misiones, tanto las novedades en el hackeo como el añadido del dron volador y el saltador radiocontrol resultan ser elementos de suma importancia que nos permitirán abordar cada fase del juego desde muy diferentes y variados puntos de vista.

Una misión para dominarlos a todos…

Sin embargo en la otra cara de la moneda, nos encontramos con unas misiones, que si bien están muy bien integradas en el arco argumental del juego y se suceden en los más variopintos escenarios, a la hora de llevarlas a cabo son básicamente la misma cosa: infíltrate en X sitio y hackea/roba/destruye X elemento.

Hay que decir al respecto de esto que Watch Dogs 2 integra tantas mecánicas jugables en un entorno no scriptado y con un diseño de niveles realmente ingenioso y bien planteado que realmente aunque la misión en concepto sea siempre la misma, se puede abordar de, literalmente, decenas de maneras diferentes. Siendo tal el caso, si nos aproximamos a las misiones siguiendo siempre la misma táctica, es muy probable que en seguida nos sintamos aburridos, pero esto se debe más a nuestra falta de originalidad/ ingenio a la hora de afrontar la misión, que al diseño de esta.

Con todo, se hubiera agradecido que Ubisoft le hubiese puesto algo más de ingenio a la hora de diseñar las diferentes fases del juego, así como sacarle más partido a la muy mejorada (aunque todavía imperfecta) conducción de vehículos, que queda relegada a misiones secundarias y a la navegación por el escenario.

San Francisco, ciudad tecnológica

Pocos lugares se me ocurren que vayan mejor con el espíritu joven y macarra de Watch Dogs 2 que San Francisco. Sin duda la ciudad está recreada con gran lujo de detalle, siempre teniendo en cuenta el elemento jugable y de variedad de entornos, pudiendo encontrar en el mapa todo tipo de edificaciones, estructuras y entornos naturales, algunos de ellos además recreados con autentico mimo, proporcionándonos algunas vistas estupendas.

A nivel técnico Watch Dogs 2 no es un juego destacable especialmente por ser un portento de nada, sin embargo tampoco por lo contrario. El juego muestra siempre un nivel muy aceptable de detalle, con un ciclo de día/noche y climático detallado y bien conseguido. Además, Watch Dogs 2 resulta sólido en su tasa de FPS (30) incluso en las situaciones en las que más elementos se muestran en pantalla, resultando en definitiva un juego con unos gráficos bonitos, un motor robusto y un acabado artístico ligeramente anodino en lo que se refiere a escenarios.

Una IA que desde luego no es Skynet

Por desgracia, la IA de Watch Dogs 2 no es todo lo pulida que debería resultar, siendo la principal culpable de la mayoría de defectos jugables que se le puedan achacar al título. Por lo general, la visión de nuestros enemigos es excesivamente lejana, y actúan de manera demasiado previsible, Además, cuando un enemigo nos detecta, no da la voz de alarma, sino que automáticamente todos los enemigos de la zona conocen nuestro paradero y correrán a dispararnos, sin darnos oportunidad de remediar nuestro tropiezo de manera silenciosa, obligándonos a huir o a cargar la partida.

Y pese a todo, con sus cosas malas incluidas, he disfrutado bastante jugando a Watch Dogs 2, que al final es lo que cuenta. Tanto el gameplay como el argumento me han parecido interesantes, originales y refrescantes, que ya es más de lo que la mayoría de títulos de hoy en día pueden decir.

Conclusión:

¿Qué dice Generación Friki?

Watch Dogs 2 es el equivalente a lo que fue en su día Assassins Creed 2; un verdadero paso adelante en una franquicia que empezó de una manera equivocada. Es una reinvención de sí mismo y un giro en la dirección adecuada. Es cierto que es un juego imperfecto y que aún tiene bastantes asignaturas pendientes, pero la esencia, la intención y la ejecución son las correctas en un juego que pese a sus defectos es divertido. Si todo sigue como hasta ahora, y la evolución de la saga sigue por este camino, dentro de un par de años diremos aquello de “a la tercera va la vencida”.

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